Nueva Orleans está siendo azotada por los
ataques de un animal salvaje al que la policía no puede dar caza. Mientras, la
joven Irena visita la ciudad para reencontrarse con un hermano al que apenas
conoce.
Así arranca el irregular remake del clásico
de Tourneur, en el que brillan la mirada enferma de Schrader, la siempre
turbadora presencia de Malcom McDowell y el morbo de la joven Kinski.
Más de dos horas de maldición
milenaria, metamorfosis, incesto, represión, erotismo, dentelladas y liberación
de fluidos corporales, al son de los sintetizadores de Moroder.
“El Beso de la Pantera” es como una
colonia barata de hombre. Agobia por lo intenso de su olor, pero resulta
imposible de ignorar.
Lo peor: La insípida cámara de Schrader,
los altibajos en el ritmo, las secuencias oníricas y lo excesiva que es, aunque
esto último no sé si también colocarlo en lo mejor.
Lo mejor: Natassja, las panteras, el
temazo “Cat People” de Bowie en la BSO, y el descaro de un all in a la carta de
la sangre, el sudor y el sexo.