viernes, 27 de abril de 2012

SAN ANTONIO SPURS. SOSPECHOSOS HABITUALES.




   En el dorsal del F.C. Bayern de Munich, se sitúa el nombre del equipo sobre número y jugador, para que nadie olvide que las hazañas individuales sólo sirven a la mayor gloria del club.

Sobre esa misma noción del deporte, los San Antonio Spurs han conseguido ser el rayo que no cesa en la NBA post-Jordan.

Su secreto, aparte de contar con Timmy Duncan que es jugar con la Mala de Oros, se basa en la instauración de un estado absolutista, que vive ajeno a la gran ruleta de la NBA, donde las franquicias se juegan su suerte en traspasos y elecciones del draft, mientras los jugadores rebotan entre equipos en constante reconstrucción.

Esa apuesta les ha permitido ser una constante en las fases finales y poder seguir rechazando la prejubilación que se les ofrece desde el 2009.

En este año de lockout, el entrenador Popovich, recordando su juventud de basket y espionaje tras el telón de acero, ha planteado un juego de espejos en el que se disfraza de Verbal Kint para distraer la atención de la liga y que San Antonio sean los tapados en las eliminatorias por el título.

Una titubeante primera fase de la temporada hasta el All-Star, haciendo ver que la anterior derrota frente a Memphis en 1ª ronda y las lesiones de  Ginobili habían mermado la confianza de unos decadentes Spurs, hizo que pronto los aficionados se olvidasen de San Antonio y prefiriesen seguir otros hilos argumentales más entretenidos como el culebrón Dwight Howard o las visitas a la Lob City de los Clippers.

Sin embargo, el retorno del hijo pródigo Stephen Jackson, que busca enterrar definitivamente la batalla del Palace de Auburn Hill o los tiroteos en clubs de striptease, y la llegada de Boris Diaw, huyendo de Jordan y de unos Bobcats que se desintegran, más la recuperación del escolta argentino, han propulsado al equipo hasta el liderato del Oeste y ya velan armas, esperando playoffs.

En esta inminente postemporada, los entrenadores de los rivales buscan detectar el elemento desequilibrante que siempre surge en los triunfos Spurs.

No obstante, Keyser Söze se esconde en un equipo de perfil soviético, sin un Iceman haciendo flotar el balón que fije las defensas, sin un almirante Robinson buscando colocar la última estrella en su hombrera, o sin el hielo en las venas de Robert Horry.



¿Quién será ese factor x? ¿será un arrebatado Manudona, dejando por el camino a tanto yankee? ¿las últimas clases prácticas que el maestro Duncan ofrezca a adversarios y público? ¿Tony Parker repitiendo el MVP del último anillo? ¿la prefabricada Guardia Imperial de Popovich, (Anderson, Leonard, Neal, Green…) que son puntas de la misma espuela? ¿la figura universitaria DeJuan "The Big Fella" Blair que juega sin ligamentos en ambas rodillas? ¿la conexión brasileña del estado de la Estrella Solitaria?

Puede que ninguno lo sea.


Quizás el que la balanza se decante dependa del hombre que ha decidido que en el actual roster de S. Antonio, 10 de los 15 sólo conozcan el negro y plata; el General Manager que busca en los fichajes, aparte de puntos, rebotes o asistencias, el compromiso con la comunidad; el arquitecto de una dinastía tranquila aún con hambre de victoria; el entrenador más longevo de las 4 grandes ligas; y el máximo culpable de que se pueda repetir la escena del 2007 en la que Tim le comenta a un King James (sic), que mira desconsolado el trofeo Larry O´Brien, que su tiempo aún está por llegar.  


No hay comentarios:

Publicar un comentario