"Creo en el Metal más que cualquiera que hayas conocido.
Y estoy preparado para morir por el Metal.
¿Lo estás tú?"
Joey DeMaio.
No todas las noches están para
echarse un poderoso en el Géminis (o si), o ver “Los Mercenarios”.
Pero hay momentos donde se deben dejar de lado gustos sofisticados, liberar los instintos del hombre, levantar
el puño y abrazar el TRUE METAL como lo único real en la vida.
Hay momentos para Manowar.
¿Rancios clichés jevis? Todos.
¿Imagen ochentera de vergüenza
ajena? Por supuesto, ¿y quién no?
¿Repetición exagerada de una
misma formula? Pero..¡Si eso es lo grande!
Los republicanos del Metal, publican
“Lord of Steel” (2012) sin moverse un milímetro de su universo mitológico de himnos
épicos, guitarras corpulentas y batería machacona.
Manowar firmando con sangre su contrato con Megaforce Records, en 1983. |
Desde los básicos “Battle Hymns” (1982) o “Into the Glory Ride” (1983), pasando por obras cumbres como "Fighting the World" (1987), Manowar siempre han empuñado la bandera del Heavy Metal puro con la que continúan explorando su mundo de espada y brujería, donde no hay sitio para experimentos que puedan ofender a los Dioses Nórdicos.
No importaba que popes del
movimiento como Judas Priest o Iron Maiden sazonasen con disimulo sus discos
con sonidos contemporáneos.
¿Temáticas futuristas? ¿Protagonismo a los sintetizadores?
¿Hard Rock? NO WAY. Los inmortales Eric Adams (voz) y Joey DeMaio (bajo),
siempre han tenido claro que no necesitaban de mezclas con otros
estilos, a pesar de que en el grupo se dio la paradoja máxima de que su primer
guitarrista, Ross “The Boss” Friedman, fuese miembro fundador de The Dictators
y de Manowar, en increíble conexión entre los pioneros del punk americano y los
Reyes del Metal.
Joey DeMaio, lider de Manowar y azote del falso Metal. |
Pero no está hecho el punk para relatar la gloria del Padre Odín.
Guitarras limpias, voces
grandiosas, solos a toda velocidad, y ritmos atronadores, son lo ideal para
narrar leyendas de héroes, dioses y demonios. Y han sido suficiente para que los neoyorquinos vean pasar por la
puerta de su castillo, los cadáveres del Grunge, del Nu Metal, y de
toda la morralla europea que vive de plagiar las obras clásicas del género.
La llave de la victoria ha sido
el negarse a dispersar su música, sumergirse en su propuesta, y demostrar que,
30 años después, aún buscan batallas por librar.
Pruebas de su ambición, son ampulosas óperas, llenas de órganos de iglesia, coros masculinos
y orquestas sinfónicas, como “Warriors of the World” (2002) o “Gods of War” (2007); la reunión de la familia Manowar en el alemán Earthshaker Festival 2005; o liturgias como la del Kaliakra Rock Festival 2008 (Bulgaria), en la que predicaron la fe en el Metal durante
cinco horas (!) ante 20.000 devotos que hubiesen invadido Turquía si se lo
hubieran pedido.
Scott Columbus, en el medio con perilla, batería clásico de Manowar, caído en batalla en 2011. |
Así que, toca encender las antorchas, y subirle el volumen al Señor del Acero, mientras se levanta el puño una vez más, para honrar a los viejos guerreros que siguen demostrando que…other bands play---MANOWAR KILL.