La personalidad de Pereza se
puede dibujar uniendo los puntos entre las distintas colaboraciones/versiones
en las que han estado implicados.
Andaban de gregarios por los 40
Principales, cuando la infame cadena musical les señaló el camino.
Una reinterpretación de su “Pienso en aquella tarde” con, nada menos que, David Summers
(Hombres G) y Dani Martín (El Canto del Loco). Su destino era dejar atrás los
garitos, para ser la next generation del pop ñoño de sus padrinos.
Pero ahí, Leiva y Rubén
estuvieron espabilados, y se escaparon del coñazo de una adolescencia eterna a
la que están condenados los creadores del “Sufre Mamón” y “La Madre de José”.
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Pegan el estirón dándole su toque a temas de Radio Futura, Miguel Ríos, Andrés Calamaro, Loquillo y Sabina. O en su “Los Amigos de los Animales”(2006), auténtico quien es quien del rock nacional de ayer y hoy, en el que se juntan con Sidonie, Iván Ferreiro, Quique González, Bunbury, Carlos Tarque, Coque Malla, y Ariel Rot, entre otros, para asentar un estilo que funde el pop de Ronaldos y el rock de Burning.
Ese interés por progresar
también se percibe en obras propias, los dorados “Aproximaciones”(2007 y
“Aviones”(2009), con singles de raíz acústica, en los que, por primera
vez, son más Beatles que Stones, y que serán las semillas que florecerán en este
hermoso “Diciembre” (2012).
Con su primer trabajo en
solitario, Leiva se deshace de los corsés mainstream de Pereza (y de Rubén que,
no nos engañemos, es el Garfunkel de esta pareja), para volver al principio del
camino. Abandona la pose canalla, se cala el sombrero, ahora que los rizos
comienzan a ralar, y viaja a los 70 para revivir el wall of sound de Phil
Spector, en un reseteado de las obras de George Harrison y Tom Petty.
Madurez, buen gusto y libertad
emanan de la radiante “Nunca Nadie”, de la cicatriz del desamor de “Eme”, de la
trepidante “92” o del barniz perezoso de la rockera “Penaltis”, todas sujetas por
una omnipresente sección de vientos y la garganta de terciopelo de Leiva.
Pero el disco guarda lo mejor
para el final. Una pequeña flor silvestre, descubierta por casualidad.
Previa del Atlético de
Madrid-Athletic de Bilbao de final de la Uefa de 2012. Leiva, colchonero
reconocido, se pasa con su guitarra por “El Partido de las 12” de la COPE para participar de la tertulia y meter el primer gol para el Atleti.
Por expreso deseo de Paquito
González, canta “Vis a Vis”, la cual se escucha aún más desgarrada en la madrugada, y me acerca a un “Diciembre”(2012) que suena fuerte en mi cabeza desde esa noche.