“En todos los años que
llevo retransmitiendo NBA, nunca he tenido tantas ganas de ver unos playoffs”.
Antoni Daimiel
Con las eliminatorias por el
título en marcha, se perfilan unos playoffs explosivos, en un Oeste con
varios equipos que han mejorado el rendimiento de años anteriores y que ahora copan la élite de la
West Coast.
Golden State Warriors, Houston Rockets y Memphis Grizzlies ya son proyectos cuajados que miran a los ojos a
Spurs, Clippers, o Mavericks, y trazan unas eliminatorias, calientes e intensas,
que pronto van a transformar los pabellones en enormes dinamos que iluminarán
la noche con el mejor basket del planeta.
GOLDEN STATE WARRIORS. EL MAYOR
ESPECTÁCULO DE LA CIUDAD.
Ningún equipo anota más. Ningún equipo asiste
más. Ningún equipo juega mejor.
Y no hace tanto (apenas tres
años) que el dueño de la franquicia, Joe Lacob, era abucheado por el público
del Oracle Arena, descontento por el traspaso del entonces ídolo Warrior, Monta
Ellis. Pero el tiempo le ha dado la razón y su apuesta por darle las riendas
al, en aquel, entonces, frágil base Stephen Curry ha impulsado al equipo de la
Bahía a ser, por meritos propios, sólido candidato al anillo de campeón
2014-2015.
Olvidados sus problemas de
tobillo, Curry, nombre más votado para el All-Star, se está mostrando como un
jugador incontenible que transforma los partidos en exhibiciones de manejo,
bote y, sobre todo, tiro de larga distancia, desde donde ametralla los aros
rivales.
Así mismo, los Warriors han
rodeado a su estrella de un roster, compacto y variado, en el que destacan su
compadre Klay Thompson, tirador (metedor) con el que ha fundado la letal firma
Splash Brothers; el robo del draft, Draymond Green, alero que ignoró a
los que no le veían físico NBA y ahora responde a ambos lados de la cancha; junto
a la veteranía de Iguodala; la calidad interior del quebradizo pívot Andrew
Bogut; los puntos seguros de Barbosa…forman un conjunto temible que, bajo la
batuta de Steph Kerr, lideraron la clasificación NBA y afrontan con ansia las
eliminatorias por el título.
HOUSTON ROCKETS. GRUPO SALVAJE.
En segunda posición se encuentran
unos hijos de la Anarquía, aún más locos por el triple que los Warriors, que se
encomiendan a su líder. Lo lejos que puedan llegar en playoffs los chicos de
Kevin McHale dependerá del acierto de la barba (y la lengua) más larga de la
NBA.
En su tercera temporada en los
Rockets, James Harden no se quejará de los esfuerzos que ha hecho la franquicia para que
se sienta a gusto: le firman un megacontrato de 80 millones de dólares, el
sistema de ataque se reduce a balones-a-Harden,
debuta como All-Star, y fichan al center Dwight Howard, con el objetivo de
formar una pareja que acerque el anillo a una ciudad que no vive una final
desde hace veinte años.
No obstante, se intuye que los
27,4 puntos por partido de James Harden no van a ser suficientes para que, este
año, alcancen la gloria. Howard está saliendo de una lesión de rodilla y está
lejos de ser aquel superman que llevó
a Orlando a disputar el título; la lesión del pointguard titular, Patrick
Beverley, hace que el mando del equipo en postemporada se lo repartan un Pablo
Prigioni de treinta y ocho años, y un Jason Terry que no ejerce de Uno desde
sus tiempos de Atlanta. El resto del roster (Trevor Ariza, Josh Smith, Terrence
Jones…) está cortado por la misma tijera: buen físico y mala cabeza. Una
combinación que da malos dividendos cuando llegan los playoffs y cada posesión
cuenta.
LOS ANGELES CLIPPERS. IT´S NOW OR
NEVER.
Mientras que Warriors y Rockets
aparentan estar en la cima de su proyecto, con los Clippers da la sensación de
que puede que se les esté escapando el tren del éxito. Tienen una gran
plantilla y uno de los mejores entrenadores de la liga (Glenn ‘Doc’ Rivers),
esta es la tercera temporada consecutiva en la que superan las 50 victorias y
la salida del polémico Donald Sterling y la llegada de Steve Ballmer,
billonario vinculado a Microsoft, le ha dado una nueva estabilidad a los
despachos de los Clippers.
Sin embargo, cuesta verlos como
un contendiente real y es posible que sus estrellas, ya piensen que
hay caminos más sencillos para ser campeón que vistiendo la camisa de Los Angeles Clippers.
Para colmo de males les ha tocado
bailar en primera ronda con la fea más fea, los actuales campeones San Antonio
Spurs.
Las razones para creer en el rojo
y azul son: un Chris Paul en plenitud con medias de 20 puntos y 10 asistencias,
la madurez del power forward Blake Griffin, que ha cuidado de sus rodillas
ampliando su paleta de jugadas lejos de la pintura, el dominio en el rebote de DeAndre
Jordan y la clase con mayúsculas de Jamal Crawford.
PORTLAND TRAIL BLAZERS. LA
AMENAZA FANTASMA.
Aupados a la cuarta posición al
comandar la enclenque Northwest Division, los Blazers repiten playoffs, aunque
llegan con malas sensaciones tras la reciente lesión de su escolta titular,
Wesley Matthews.
Sin su ancla defensiva, el equipo
de Oregon dependerá de las habilidades ofensivas de su base Damian Lillard, un jugador
que no entiende de períodos de adaptación y que desayuna récords de precocidad,
especializado en anotar en los momentos calientes; y de su capitán, el
ala-pívot LaMarcus Aldridge en la temporada de su vida.
A la causa colaboran, la
versatilidad de Nico Batum, el sacrificio de Robin López, los años en la liga
de Steve Blake y Chris Kaman y su fortaleza cuando juega en la capital hipster, siendo el cuarto equipo que
menos pierde en casa, tras Golden State, Atlanta y San Antonio.
MEMPHIS GRIZZLIES. EL BRAMIDO DEL
OSO.
Al otro lado del espejo de los
Warriors, la sobriedad de unos Grizzlies cuyo ascenso, en lugar de en un
alocado run-and-gun, se asienta en la
mente, el tesón y el compromiso de un pívot que considera Memphis su hogar
y que se ha encomendado la misión de traer el campeonato a la capital de
Tennesse.
Un Marc Gasol que llegó por el
carril contrario mientras su hermano Pau viajaba al sueño de Los Angeles, y
entorno al que se ha construido un equipo experimentado que ha conseguido
afinar su conocida defensa bajo el lema guerrero "grit and grind", justo para el comienzo de los playoffs.
Aunque lo que realmente necesitan
los Grizzlies, son amenazas en ataque que den relevo a los puntos en la pintura
de Gasol y de un talentoso Zach Randolph que ha encontrado su sitio en la NBA,
jugando junto al center de Sant Boi.
Para cumplir esa tarea, hasta
Memphis llegó en Enero, el 3-4 Jeff Green, un jugador total capaz de anotar de
tres, de llevarse al poste bajo a defensores más pequeños y de correr la cancha
al contrataque. Tras él, la claridad de ideas del base Mike Conley, los triples
que le puedan quedar a Vince Carter, los robos de Tony Allen y la experiencia
de estas últimas cuatro temporadas avanzado a la postemporada.
SAN ANTONIO SPURS. ¿QUÉ HAY DE
NUEVO, VIEJO?
¿Qué decir de San Antonio Spurs?
¿Qué llevan dieciocho temporadas
consecutivas con un 61% de victorias en temporada regular, algo que nadie ha
hecho antes? ¿Qué hacen un baloncesto excelso que provoca el desmayo del
aficionado? ¿Qué son el equipo favorito de los treintañeros que adoramos ver
como hacen hincar la rodilla a tanto joven tatuado que se cree más de lo que
es? ¿Qué hay que dar las gracias por cada minuto en cancha de Tim ‘Siglo XXI’
Duncan? ¿Qué Kawhi Leonard es ya una realidad y que pronto será el emblema del
negro y plata? ¿Qué son los actuales campeones y buscan su sexto anillo para
ser ya la definición de Dinastía en el deporte moderno? ¿Qué Popovich haría que
cinco viejas fueran competitivas jugando al basket?
Pues no lo diré.
Sólo pondré que no tener fe en
unos Spurs campeones, bajando por el río en Junio con el trofeo Larry O´Brien,
es de mala persona.
DALLAS MAVERICKS. REGRESO AL
FUTURO.
En la franquicia tejana, la
nostalgia de aquel anillo de 2011, ha hecho traer de vuelta al minúsculo combo-guard J.J. Barea y al center
defensivo Tyson Chandler, para acompañar los últimos muletazos del gran Dirk
Nowitzki.
No obstante, no ha sido igual de
feliz la llegada de Rajon Rondo. El genial (y arisco) playmaker no ha
congeniado con los estrictos sistemas de Rick Carlisle y es probable que salga
de Dallas en verano.
No es el mejor contexto para
triunfar en la postemporada, aún así, el ir de tapado y su gran experiencia
puede ayudarles a dar la sorpresa y superar la primera ronda.
Para colaborar en ello, la
incontinencia anotadora de Monta Ellis, el tiro exterior de Chandler Parsons, y
el sacar a la cancha a Amare Stoudemire como al Cid Campeador.
NEW ORLEANS PELICANS. EL OCTAVO
PASAJERO.
In extremis han conseguido los Pelicans su pasaje para los playoffs.
Su victoria en casa frente a San Antonio dejó fuera a los Thunder de un
desatado Russell Westbrook, y les da la oportunidad de foguearse en la
postemporada a este joven equipo, aunque lleno de caras conocidas.
Eric Gordon, Tyreke Evans, Omer
Asik, Ryan Anderson…actores secundarios de la liga que han encontrado un
hábitat acogedor en la ciudad del Estado de Luisiana y que ven su oportunidad,
acompañando al futuro pívot dominante de la NBA: Anthony "Fear The
Brow" Davis.
El ex Wildcat está escribiendo
con buena letra los capítulos del libro de estilo de toda gran estrella del
baloncesto norteamericano: Campeón con Kentucky de la NCAA, Número 1 del Draft en 2012,
Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Londres, All-Star… y ahora las
eliminatorias para el título en los que demostrar que no sólo asusta en
defensa, gracias a su interminable envergadura y su capacidad atlética, sino
que en ataque, es muy peligroso tanto al contraataque como jugando el pick and
roll.
En fin, un espectáculo apasionante que dará noches de gran baloncesto y un rival para hacer frente a un probable King James en su vuelta a Cleveland.
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