Metallica anuncian smokings de
lujo y las estrellas de la NBA se acercan a Francia para
impregnarse de la moda europea. Signos inequívocos de que llegó la hora
de cuidar la estética con el mismo esmero con el que ya
muchos cuidan su cuerpo.
Sin embargo, el hombre moderno
que quiere transmitir con su imagen, se siente agobiado sobre qué rumbo tomar:
¿Ubersexual o Spornsexual?, ¿Normcore o Vintage? ¿Enterramos ya a los
hipsters? ¿Es pronto para iniciar
el revival 90s?… la solución
está en acudir a los iconos.
Recurrir a los maestros y buscar
en ellos ideas que adaptar a armarios más modestos. También hace falta no
perder de vista los patinazos que se deben evitar, cuando muchos se exceden al
querer innovar.
DWYANE WADE.
Con su regreso a Chicago, los
Bulls ganan experiencia en playoffs, capacidad de penetración y liderazgo. Así
mismo, también consiguen que el espectáculo comience, no con el salto inicial,
sino con la llegada de D-Wade al United Center. Los que aún relacionen este
deporte con la cultura Hip Hop, se sorprenderán con la explosión de
sofisticación que acompaña la entrada del ya ex-escolta de los Heat a las
canchas de la NBA.
Clase! |
Fiel seguidor de los nuevos
cánones que hoy imperan en la cultura afroamericana (IMPRESCINDIBLE el
documental “Black Dandy” (2015), actualmente, en MoviStar +), el camino desde
el autobús hasta el vestuario es para Wade una pasarela que le ha conducido a
ser elegido por GQ y Esquire como uno de los más elegantes del planeta. El
primero en poner de moda el estilo preppy entre los jugadores, era impactante
verle vestido con gafas de pasta, pajaritas, chalecos, pantalones de pinza,
chaquetas de tweed a cuadros o rebecas de cachemir, cual nerd escapado de “La
Revancha de los Novatos” (1984). No obstante, cuando la broma dejó de tener
gracia, “Flash” Wade supo evolucionar de forma impecable, adaptando el colorido
fluor, propio de la ciudad de Miami, a la sastrería europea.
En su reciente paso por la París
Fashion Week, seguro que habrá tomado buena nota, y este otoño, en Chicago
seguirá dando lecciones de cómo el hombre negro del nuevo siglo, debe abrazar las
últimas tendencias y olvidarse de gorras, pantalones caídos y cadenas de oro.
RYAN REYNOLDS.
Aún tambaleándose por el
monumental fracaso de “Green Lantern” (2011), Ryan quiso reconducir su carrera
con productos de mayor calidad como aquella “The Captive” (2014) que presentó
en el Festival de Cannes de ese año.
La película no sé, pero la combinación con la que se dejo
ver en el bulevar de la Croisette aquella mañana de Mayo fue imponente. Ya la
combinación de colores de americana, camisa y pantalón era muy
atinada, pero Ryan sabe que la victoria está en los detalles: los Derby sin
calcetines y los lunares del pañuelo. ¡Bravo!
A partir de ese momento, las
cámaras se giraron hacia el otro Ryan canadiense y este supo estar a la altura,
no defraudando ni en la alfombra roja ni en situaciones más informales como
aeropuertos o relajados paseos con la pequeña James que pronto se dará cuenta
de lo cool que es su padre.
CARY GRANT.
Un consejo: no vean las películas de Cary Grant. Ni “Con la
muerte en los talones” (1959) , ni “Historias de Filadelfia” (1940), ni, mucho
menos, “Atrapa a un ladrón”(1955).
No lo vean flotar por las fiestas de la Alta Sociedad, con
trajes esculpidos en su cuerpo.
No lo vean dando clases de cómo caminar, de cómo sentarse,
de cómo emulsionar savoir faire levantando una ceja.
No se hagan eso. No se sientan empequeñecer en el sofá bajo
la losa de: “Yo nunca me acercaré a él”.
JUDE LAW.
Con también sombras en su armario
(esos gorros de lana, esas camisetas de pico… ¿Por qué, Jude? ¿Por qué?), al
actor londinense se le debe perdonar todo porque aún perdura el recuerdo de su
Dickie Greenleaf, frívolo playboy acechado por Matt Damon en “El Talento de Mr.
Ripley” (1999).
Digno heredero del Delon de
los 60s, nadie ha sabido interpretar el estilo mediterráneo como hizo Law en esta
película, demostrando que la altas temperaturas no van reñidas con el buen
gusto: Espontáneo y casual, durante el día; refinado y atrevido por la noche,
es difícil no aplaudir el estilo de Jude Law, que también salió airoso cuando vistió
los trajes de la bandera de la flema británica, Sir Michael Caine, en “Alfie” (2004)
y “La Huella” (2007).