La mediocre “To the Devil…a Daughter” (1976), va sobre un
novelista especializado en lo Oculto, un despistadísimo Richard Widmark, enfrentado a una secta satánica por el alma de Natasja Kinski.
Ante un público que ya prefería removerse en la butaca con
un terror más adulto, como el que proponían “El Exorcista” (1973) o “La
Profecía” (1976), el largometraje fracasó con estrépito, y fue una estaca en
el corazón de la mítica Hammer Film Productions, reina durante décadas de su
particular cosmos de sangre, sexo y horror.
Con el nuevo milenio, la factoría británica regresa de la
tumba y palpa el mercado con títulos humildes que le allanan el camino a su
proyecto más ambicioso, la adaptación cinematográfica de la novela gótica “La
Mujer de Negro”.
El bestseller de Susan Hill, tras pasar por el teatro y la
televisión, llega a la gran pantalla de la mano de James Watkins, un cineasta
que siempre eleva la calidad de los films en los que participa.
Tras la reivindicable “My Little Eye” (2002), “The Descent” (2005), un must en el cine del género de la última década, y la brutalidad sociológica de “Eden Lake” (2008), este joven
director y guionista decide contar el viaje del abogado Arthur Kipps (Daniel
Radcliffe) a la remota aldea de Crythin Gifford, para tramitar la venta de
una antigua mansión. Una vez allí, se topa con unos lugareños hostiles que le
presionan para que se marche, mientras percibe la extraña presencia de
una mujer de negro entre los muros del caserón.
James Watkins |
El éxito, comercial y artístico, de esta historia, en apariencia, convencional, reposa, sobre todo, en la clase tras la cámara de J. Watkins. Responsable de desempolvar los clichés victorianos y de que las sombras de “El Orfanato” (2007) y “La Maldición de Rockford” (2011), se disipen en la angustia a fuego lento que asoma en la mirada de Radcliffe.
Para el año que viene, la Hammer ya prepara secuela, “The
Woman in Black: Angel of Death” (2013?), convencida de que el terror aún se
oculta en esa casa, envuelta por la bruma de la marisma, en la que habitan los miedos
de la infancia.
Lo mejor: Un atormentado Daniel Radcliffe, la cena en casa
de los Daily, y el perturbador prólogo.
Lo peor: Las concesiones a los convencionalismos del
subgénero de casa encantada, y una posible domesticación del director.
Anyway, para el que escribe, la prueba del algodón de la
película es que su recuerdo me sigue produciendo los mismos escalofríos que
cuando la vi, y que es un alivio terminar el post justo ahora que está
anocheciendo.
Pero, un momento,…Señora, ¿Cómo ha entrado en mi
casa?...y…¿Por qué viste de luto?...¿No me oye?...¿Señora?...
Tomo nota, porque hace años que no veo una peli de terror que dé terror. Espero no tener que fruncir el ceño again.
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