Tras la gira Reformation del
2009, Spandau Ballet elige 2014 para intentar, ahora sí, poder subirse a la ola del revival y reiniciar su
carrera musical.
Su vuelta a los escenarios viene amparada por el film “The Soul Boys Of The Western World”, y el recopilatorio “The Story”, porque si “los otros”, esos
paletos de Birmingham, han podido ¿Por qué no ellos?
Y resulta acertado, hacerlo bajo el marco de un documental que expone su historia, desde sus comienzos en los clubs de Londres, en los que bullía el Nuevo Romanticismo de todos los hijos de Papá Roxy Music y Mamá Bowie, hasta su final, crispado por batallas legales entre Gary Kemp y el resto de la banda.
Y resulta acertado, hacerlo bajo el marco de un documental que expone su historia, desde sus comienzos en los clubs de Londres, en los que bullía el Nuevo Romanticismo de todos los hijos de Papá Roxy Music y Mamá Bowie, hasta su final, crispado por batallas legales entre Gary Kemp y el resto de la banda.
Y ahí se ve la experiencia
cinematográfica del propio Kemp, al que no le importa quedar de villano,
sabedor de que encantan esas historias de segundas oportunidades y
de disputas de décadas que se superan al abrigo de los abrazos que
ahora se pegan al final de los conciertos.
Otro cuestión sería calibrar si,
actualmente, tiene recorrido la propuesta musical de un grupo tan incrustado en
una época. Si el pop fácil de aquellos chavales de los 80s tiene sentido interpretado por unos cincuentones, o si les quedan canciones dentro
que llamen la atención de los nostálgicos que sólo quieren que se le repasen
los clásicos de su juventud.
Opino que el pinchar este
reciente Greatest Hits hace despejar rápidamente las dudas al comprobar lo bien
que aún suena temas tales como la primaria “Cut A Long Story Short” y su
pegajoso riff de teclados que es un fogonazo electro-pop, hoy y en 1980; la
alegre pompa de jabón de “Lifeline”; la MAGNÍFICA “Through The Barricades” y su
depurada épica; el funky caliente de “Chant Nº 1”; o los himnos “True” y
“Gold”, contenidas piezas de satén que le sientan de maravilla a estos maduros Spandau Ballet.
Con respecto a las canciones
nuevas, “Soul Boy” y “Steal”, no pasan del aprobado, pero “This Is The Love” es
la esperanza de que su próximo disco en estudio, previsto para 2015, pueda
alcanzar el alto nivel de All You Need Is
Now (2010) de los innombrables.
La canción se apoya en la fuerza
el saxo de Steve Norman, elegantes arreglos de
cuerda, los coros de los Kemp, y, sobre todo, la voz de tenor de Tony
Hadley, que ya tiene hechuras del gran Brian Ferry. Hadley y sus
enormes pulmones hinchan de optimismo una composición, que hace que se te
vayan los pies tras el brillo dorado de Spandau Ballet.
Puede que si rascas la
superficie, descubras que el oro sólo está en el exterior, pero… ¿qué más da?
No me puedo imaginar lo que sería
un concierto Spandau Ballet-Duran Duran (al
final, lo he dicho) en pleno 2015, en Londres, con un público entregado, lleno de supervivientes del New Romantic que perciban en el ambiente la máxima: “Ey, aún nos queda pelo para peinar,
baterías en el sintetizador y las mismas ganas de bailar que hace treinta años”.
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