lunes, 13 de mayo de 2019

PORTLAND TRAIL BLAZERS/TORONTO RAPTORS. APUESTA AL ROJO.



A las Finales de Conferencia de ambas costas han llegado dos equipos que han tenido que demostrar su carácter en el vértigo de un séptimo partido.

Sí en Toronto fue una milagrosa canasta at the buzzer de Kawhi Leonard la que eliminaba a Philadelphia; en el caso de los Blazers, los diecisiete puntos de desventaja y el desacierto anotador de su estrella Damian Lillard, fueron enmendados a base de esfuerzo colectivo y de la aparición de un C.J. McCollum, que quiso utilizar el menosprecio de la NBA como motivación para silenciar a un Pepsi Center que deberá esperar temporadas venideras para ver avanzar a sus Nuggets en la postemporada.

Anyway, el camino de ambas franquicias hasta aquí, ha sido muy diferente.

TORONTO RAPTORS. WINTER IS HERE.



La reciente etapa DeRozan-Lowry, fue la de un equipo aseado y cumplidor en temporada regular, pero sin el cuajo necesario para grandes gestas en playoffs, más allá de ser barridos por los Cavaliers. No obstante, la espantada de Lebron hacia la soleada California, dejó un trono vacante en el Este, al que los Toronto Raptors decidieron optar, reforzando su roster con experiencia y la llegada de la gran perla del mercado del verano pasado,  Kawhi Leonard.

De esta forma, la frialdad de DeMar DeRozan, ha sido sustituida por la calidad, en ataque y defensa de un alero, forjado en las fraguas de San Antonio, que llegó para hacer justamente, lo que hizo anoche: liderar a su equipo con 41 puntos y dejar una canasta que ya es histórica para la franquicia canadiense.


A él, se une el sacrificio y la personalidad de un Marc Gasol, fundamental anoche, en la defensa de Joel Embiid; la dureza y el tiro de media distancia de Ibaka, y la explosión del camerunés Pascal Siakam, conformando un hueso demasiado duro de roer para los Sixers.

Antes de poder optar al anillo, deberán enfrentarse a los Bucks del incontenible Giannis Antetokoumpo, no obstante, los aficionados viven felices al ver que sus Raptors le hacen sombra a los Maple Leafs y que su equipo ya no es aquella frivolidad de David Stern que un día quiso expandir en el norte las fronteras de la NBA.

PORTLAND TRAIL BLAZERS. EL TRIUNFO DE LA FE.

Los últimos Blazers que llegaron a Finales de Conferencia fueron aquel equipo del 2000, que eran el capricho del multimillonario Paul Allen, el cuál, financió la mejor plantilla que el dinero podía comprar.

Los Rasheed Wallace, Damon Stoudamire, Scottie Pippen, Bonzi Wells, Arvydas Sabonis y compañía no fueron capaces de luchar contra el destino de los Lakers, y, tras ellos, los proyectos fallidos de Greg Oden y Brandon Roy, la salida de su jugador franquicia, el ala-pívot LaMarcus Aldridge y un equipo creado en torno a la capacidad ofensiva de la dupla exterior Lillard-McCollum con un teórico escaso recorrido en el West Coast de Warriors y Rockets.

Así mismo, la legendaria mala suerte de los Blazers volvió a aparecer esta temporada con la gravísima lesión de su center titular Jusuf Nurkić, cuando ya se preparaban para afrontar la lucha por el título.



Sin embargo, esto no fue obstáculo para un Damian Lillard que ajustició a los Thunder con la canasta del año, ni para unos Blazers que, frente a los prometedores Denver Nuggets, hicieron valer el esfuerzo colectivo de los Harkless, Collins, Kanter… que dieron el espacio para que brillase el step-back y la convicción de C.J. McCollum.

A la causa roja también se une un renacido Evan Turner que, en el partido de ayer, recordó a aquel prospecto de estrella que fue Nº 2 del Draft del 2010.

Con estas armas deberán medirse a unos Warriors que, tras perder a DeMarcus Cousins y a Kevin Durant, han pasado de ser los Monstars de Space Jam, a los Golden State más humanos de los últimos años.

Todo ellos ingredientes para generar unas apasionantes eliminatorias que harán que las próximas madrugadas se pongan al rojo vivo.

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