Junto a Miami Heat, la historia de estos playoffs están siendo unos Denver Nuggets que siguen subiendo, una y otra vez, el monte de Sísifo, rebelándose a despertar del sueño de alcanzar el título de campeón.
Las remontadas estando 3-1 abajo frente a los Jazz y, sobre todo, frente a Clippers, han insuflado una confianza de piedra en una plantilla que no teme, ni siquiera a todo unos Angeles Lakers que, en el tercer partido de las Finales de Conferencia se toparon con el talento del base Jamal Murray que sacó su arsenal de tiros imposibles y penetraciones suicidas para meterle en la cabeza a Lebron que puede ser el siguiente favorito que los Denver expulsen de la Burbuja.
Pero estos Nuggets no son únicamente los puntos de Murray. Aportación imprescindible es el talento slow-motion de Nicola Jokic.
En estos tiempos de fiebre por el contraataque y el triple, es un placer ver como el center serbio hace fluir el juego de los Nuggets desde lo alto de la bombilla y como se impone a sus rivales a base de pura calidad.
A la causa Nugget se une el sacrificio en defensa de Gary Harris, el proyecto de estrella de Otto Porter Jr., la resurrección del otrora All-Star Paul Millsap, y el físico de Jeremy Grant.
Piezas de un proyecto que esta noche, seguirá en su dulce rutina de no resignarse y nunca tirar la toalla.