Actualmente, hablar de terror británico, ya no pasa por rememorar los clasicazos victorianos de la Factoría Hammer.
En los últimos años, el horror inglés, ha conseguido reinventarse en la fusión con el llamado realismo social. Y, de un en principio inverosímil, Wes Craven meets Ken Loach, surgen estimulantes muestras en las que los autores británicos, no tienen que recurrir al torture-porn yankee o al salvajismo francés, para ofrecer productos estimulantes que destaquen en el saturado mercado internacional.
Claro ejemplo es "Eden Lake"(2008), en la cual, una joven pareja de escapada romántica (la bella Kelly Reilly y un últimamente en alza Michael Fassbender) se tropieza con una pandilla de british white trash teens de los que tendrán que huir a través de un inmenso bosque.
A pesar de partir de un planteamiento poco novedoso (recuerda a "¿Quién puede matar a un niño?"(1976) o "Los Chicos del Maíz"(1984)), la opera prima de James Watkins destaca en la verosimilitud, al menos, mientras dura la película, de un relato que es reflejo de una sociedad (la británica y, por extensión, también la nuestra) malformada en las ayudas sociales y en la permisividad a la violencia.
"Eden Lake" sobrecoge como intenso survival, malsano y cruel, dominado por una atmósfera asfixiante. Un largometraje que va creciendo en ritmo y en tensión mientras observamos el descenso a los infiernos de la protagonista, en una huida hacia adelante que estalla en la conciencia de los espectadores en un final, simplemente, demoledor.
Lo mejor: Kelly Reilly, el mal cuerpo que se te queda tras verla, ese remedo de Wayne Rooney que es el líder de la banda, y el aire a la maravillosa "Deliverance"(1972).
Lo peor: El que aún no se haya distribuido en España y que haya pasado tan desapercibida, a pesar de su Premio Especial del Jurado en el Festival de Sitges, compitiendo con, nada menos que, la francesa "Martyrs"(2008), o esa obra maestra del terror europeo que es "Déjame Entrar"(2008).
Desde Gran Bretaña han seguido apareciendo películas como las recomendables “Cherry Tree Lane” (2010) o “F” (2010) que ahondan en el mensaje de que el mayor miedo surge de lo cotidiano. Pero no llegan a ser esa patada en la boca que si es “Eden Lake”.
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