viernes, 20 de abril de 2018

PHILADELPHIA 76ERS. LA LUZ AL FINAL DEL TUNEL



Tanking: Estrategia empleada por las franquicias del deporte norteamericano para conseguir mejores elecciones del draft, a través de incrementar su número de derrotas en temporada regular.

También fue el camino elegido por uno de los equipos clásicos de la NBA, los Philadelphia 76ers, para ser amos de su destino y asegurarse lugar de privilegio en la élite de la liga en la próxima década.

En el 2013, año en el que se inicia “el proceso”, los Sixers andaban buscando enfocar su proyecto. Pese a la salida del que había sido líder durante varias temporadas, el atlético forward André Iguodala, y el fiasco de Andrew Bynum (pívot frágil al que se le quitaron las ganas de jugar al basket tras ser campeón con los Lakers) la situación era sostenible. La frecuente aparición en playoffs y la progresión del Nº 2 del Draft 2010, Evan Turner, no anticipaban lo que estaba a punto de ocurrir: la demolición hasta los cimientos de la franquicia y el poner el punto de mira varios años en el futuro.

Cabe destacar que el tanking ya formaba parte de la NBA, pero casi siempre se había empleado con disimulo, cuando las temporadas se torcían por las lesiones o por dinámicas negativas, y el poder conseguir alguna perla universitaria se imponía a la vergüenza del fan.

Sin embargo, en este caso, el plan de General Manager Sam Hinkie era prepararse para temporadas de travesía por el desierto. La idea era librarse de los contratos largos y caros, llenar el roster de jugadores de la D-League, y atesorar picks altos en la lotería del draft.

Pese a ello, los dioses del basket, castigaron las argucias de Philadelphia con una plaga de lesiones que retrasaron la culminación del proceso. Dos temporadas tardó la explosión del gigante camerunés Joel Embiid (Nº3 Draft 14) y una temporada, el poder ver las cualidades de jugador total de Ben Simmons (Nº1 Draft 16). Así mismo, los incidentes fuera de la cancha y la evolución del baloncesto, hicieron que el campeón de la NCAA Jahlil Okafor  (Nº3 Draft 15) y su juego de pies, tampoco vieran la llegada a la tierra prometida de los playoffs.

Igual que le ocurrió al propio Sam Hinkie que fue sacrificado por los 76ers a instancias de una NBA que quiso ajusticiar al perverso ideólogo de la peor racha de victorias de la historia del deporte profesional.


Anyway, con Embiid y Simmons sanos y la llegada del talento croata, Darío Saric, se decide al fin, empezar a ganar. Se reviste el banquillo de anotación europea con Marco Bellinelli y Ersan Ilyasova, se trae de los Clippers la seguridad desde la larga distancia de J.J. Reddick, y se mantiene en el quinteto a un superviviente de la época oscura como Robert Covington, solvente en defensa y ataque.

Hasta el momento lideran la primera ronda de PO, 2-1 frente a los Miami Heat y se postulan como posibles rivales de unos mermados Celtics, en semifinales.

Un final feliz que sólo empaña lo que ha sido la tónica habitual de los Sixers durante este largo proceso. Su flamante Nº 1 del Draft del 2017, el base Markelle Fultz, debido a sus problemas de hombro, se ha perdido casi toda la temporada.

Nada que preocupe en exceso a una franquicia que se ha acostumbrado a convivir con la frustración y que ya roza con los dedos ser el mejor equipo de la Conferencia Este.


No hay comentarios:

Publicar un comentario