Basándose en una leyenda del folclore norteamericano,
History Channel produjo en 2012, esta magnífica miniserie de ficción que recrea la rivalidad entre dos familias separadas por el río Tug Fork y unidas
por treinta años de odio.
El argumento parte de una cruenta guerra de Secesión que,
con su final en 1865, devuelve a casa a una generación de hombres con demasiada
sangre en los ojos y muchas ganas de que las disputas cocidas al calor del whisky malo de la taberna,
se resuelvan con plomo.
A esto se le une un Estado todavía imperceptible en la
frontera entre Kentucky y West Virginia que hace que, antes que la ley, lo que
prevalezca sea la tribu a la que perteneces y la venganza.
En el reparto destacan Tom Berenger en el papel del salvaje
Jim Vance, y un Kevin Costner que se ha cansado de jugar al boy
scout y compone un personaje memorable al calzarse las botas del cruel “Demonio Anse” Hatfield.
Más violenta que Deadwood y más profunda que Hell on Wheels,
es una miniserie irregular pero disfrutable, avalada por ser el mayor éxito de
la televisión por cable en eventos no deportivos, y en la que se oyen ecos de
Shakespeare y El Padrino, que en el fondo son lo mismo.
Lo mejor: La atmósfera brutal, las madres de cada saga
familiar y la interpretación de Kevin Costner, sobre todo en v.o.s.e.
Lo peor: Ciertos tics televisivos y que el ego de Costner
evitase que se le otorgase un mayor protagonismo al patriarca McCoy.
Por un momento pensé que Hetfield (de Metallica) se había peleado con alguien. Jajaja. Las series, mi cuenta pendiente, no consigo encontrar tiempo para engancharme a alguna.
ResponderEliminarBien vendida.