sábado, 26 de noviembre de 2011

LOS ANGELES CLIPPERS. DON´T STOP BELIEVIN.

“Cuando pierdes con los Clippers, es hora de dar un paso al frente y decir algo”
Antonio Davis, Toronto Raptors.



Bill Walton, Danny Manning,  Mark Jackson, Ron Harper, Dominique Wilkins, Mark Aguirre, Lamar Odom, Elton Brand, Glenn Rice, Sam Cassel, Marcus Camby, Zach Randolph…

Grandes jugadores que coinciden en haber vestido el rojo, blanco y azul de los Clippers, y en no haber podido cambiar el rumbo de la, según Sports Illustrated, peor franquicia de la historia del deporte profesional norteamericano.

Repasemos los méritos para tan deshonroso título:

Títulos de división:0
Títulos de conferencia:0
Títulos de NBA:0
Ocupar el último puesto de la división Pacífico: 15 temps.
Presencias en playoffs en 33 temporadas:4
3ª mayor racha histórica de derrotas consecutivas: 17 en la Temp.97-98

¿Qué ha pasado durante todos estos años para que equipos mucho más recientes ya luzcan banderolas de campeón en lo alto de sus pabellones y mientras, en el atestado techo del Staples, sólo haya sitio para recordar los éxitos de los Lakers?

A la hora de buscar responsables de tanta mediocridad, muchos vuelven la vista hacia el asiento del propietario, ya desde la época en San Diego, Don Sterling, fácilmente identificable este año, por su costumbre de increpar a su base titular, Baron Davis, durante los partidos.

Éste exitoso empresario, dueño de la mitad de los apartamentos de Beverly Hills, maneja al equipo como a sus negocios inmobiliarios, recortando gastos, ajustando, especulando, más preocupado por el balance económico que por el deportivo, conformando plantillas con novatos que ven su paso por los Clipps como un atajo de la liga para sumar minutos y números sin presión, y veteranos enfilados a un plácido cementerio de elefantes bañado por el sol de California.

Ni siquiera el sistema del draft, concebido para beneficiar a los peores franquicias, ha conseguido que para los Clippers, no siempre salga cruz al lanzar la moneda. 

En 1988, se frotan las manos con su flamante Nº 1 del draft, el elegante alero Danny Manning.

Quieren copiar la formula de los Jayhawks de Kansas University, con la cual “Danny and the Miracles”  se habían hecho con el título de la NCAA, ese mismo año. 

Pero no pudo ser.

Manning se rompe el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha en una sencilla entrada a canasta, frente a los Bucks. Se pierde gran parte de la temporada, no vuelve a ser el que era, y los aficionados tienen que esperar años para familiarizarse con la figura del jugador total, capaz de brillar en varias posiciones.  



1989. 2º Pick, un asustado Danny Ferry prefiere emigrar a Italia antes que jugar en los Clippers.

1998. 1º pick, se prefiere antes que a Vince Carter, Antwan Jamison, Paul Pierce o un tal Dirk Nowitzki al pívot nigeriano, Mike Olowokandi, presidente vitalicio del club “se dejaba llevar”.

2004. 4º pick, tras tres temporadas en los Clippers, Shaun Livingston, en una jugada que duele sólo de verla, se destroza la rodilla y el nuevo Magic Johnson se queda en proyecto. 

En el humilde Haber de este equipo, una 2º ronda en la eliminatoria por el título en 2006, y, sobre todo, una inesperada fiebre Clipps a principios de siglo.


En el año 2001, el elitista Staples Center se transforma en el playground de cualquier suburbio de una gran ciudad. La casualidad une a un grupo de jugadores sin edad para votar pero con la sonrisa tatuada del jugón, y los nombres Richardson, Odom, Maggette o Miles empiezan a poblar las espaldas de los aficionados que alucinan con un basket anárquico que copa cada noche el repaso a los highlights.

Mensajes a los gangs de Chicago tras cada canasta de Miles o Richardson, el  menosprecio a la defensa, y el ser capaces de liársela al que sea en un domingo cualquiera, obraron el milagro de que la marca Clippers fuese algo cool. 

Esa plantilla se desmigajaría poco a poco. Lamar Odom se mudó al vestuario de al lado a cambio de anillos y prestigio, pero seguro que añora los tiempos en los que se colocaba con los colegas de taquilla.

El último en dejar L.A. fue Elton Brand, el otrora “ Mr. 20-10” , uno de los pocos al que este equipo le puede retirar la camiseta, se curó la depresión de años de fracasos  atracando a los Sixers.

Anyway, el destino ha puesto en el camino de los Clippers un ladrillo de diamante, sobre el que poder construir un equipo, aunque el caramelo, de inicio, supo amargo.


2009. 1º pick, Blake Griffin, argumento irrebatible de las bondades de la mezcla racial, en el último partido de la pretemporada se rompe la rodilla izquierda y su temporada de rookie se queda en blanco.

La sombra de Terciopelo Azul se proyecta sobre los Clipps again, pero Griffin regresa a las canchas ésta última temporada y se muestra como un dunker intratable, un OhmyGod! permanente también con capacidad para rellenar los casilleros de todas las categorías.



Si Sterling se decide a rascarse el bolsillo, mantener el núcleo de Griffin-Eric Gordon-Chris Kaman, y arroparlo con jugadores de experiencia pero con hambre, puede que nos haga felices a quienes preferimos al Coyote antes que al Correcaminos, pensamos que el Atleti puede ganar hoy en el Bernabeu o que el Tenisca subirá algún día a la 2ªB.