sábado, 24 de septiembre de 2016

LECCIONES DE ESTILO.

Metallica anuncian smokings de lujo y las estrellas de la NBA se acercan a Francia para impregnarse de la moda europea. Signos inequívocos de que llegó la hora de cuidar la estética con el mismo esmero con el que ya muchos cuidan su cuerpo.

Sin embargo, el hombre moderno que quiere transmitir con su imagen, se siente agobiado sobre qué rumbo tomar: ¿Ubersexual o Spornsexual?, ¿Normcore o Vintage? ¿Enterramos ya a los hipsters?  ¿Es pronto para iniciar el revival 90s?…   la solución está en acudir a los iconos.

Recurrir a los maestros y buscar en ellos ideas que adaptar a armarios más modestos. También hace falta no perder de vista los patinazos que se deben evitar, cuando muchos se exceden al querer innovar.


DWYANE WADE.

Con su regreso a Chicago, los Bulls ganan experiencia en playoffs, capacidad de penetración y liderazgo. Así mismo, también consiguen que el espectáculo comience, no con el salto inicial, sino con la llegada de D-Wade al United Center. Los que aún relacionen este deporte con la cultura Hip Hop, se sorprenderán con la explosión de sofisticación que acompaña la entrada del ya ex-escolta de los Heat a las canchas de la NBA.

Clase!


Fiel seguidor de los nuevos cánones que hoy imperan en la cultura afroamericana (IMPRESCINDIBLE el documental “Black Dandy” (2015), actualmente, en MoviStar +), el camino desde el autobús hasta el vestuario es para Wade una pasarela que le ha conducido a ser elegido por GQ y Esquire como uno de los más elegantes del planeta. El primero en poner de moda el estilo preppy entre los jugadores, era impactante verle vestido con gafas de pasta, pajaritas, chalecos, pantalones de pinza, chaquetas de tweed a cuadros o rebecas de cachemir, cual nerd escapado de “La Revancha de los Novatos” (1984). No obstante, cuando la broma dejó de tener gracia, “Flash” Wade supo evolucionar de forma impecable, adaptando el colorido fluor, propio de la ciudad de Miami, a la sastrería europea.

En su reciente paso por la París Fashion Week, seguro que habrá tomado buena nota, y este otoño, en Chicago seguirá dando lecciones de cómo el hombre negro del nuevo siglo, debe abrazar las últimas tendencias y olvidarse de gorras, pantalones caídos y cadenas de oro.


RYAN REYNOLDS.

Aún tambaleándose por el monumental fracaso de “Green Lantern” (2011), Ryan quiso reconducir su carrera con productos de mayor calidad como aquella “The Captive” (2014) que presentó en el Festival de Cannes de ese año.

La película no sé,  pero la combinación con la que se dejo ver en el bulevar de la Croisette aquella mañana de Mayo fue imponente. Ya la combinación de colores de americana, camisa y pantalón era muy atinada, pero Ryan sabe que la victoria está en los detalles: los Derby sin calcetines y los lunares del pañuelo. ¡Bravo!


A partir de ese momento, las cámaras se giraron hacia el otro Ryan canadiense y este supo estar a la altura, no defraudando ni en la alfombra roja ni en situaciones más informales como aeropuertos o relajados paseos con la pequeña James que pronto se dará cuenta de lo cool que es su padre.


CARY GRANT.

Un consejo: no vean las películas de Cary Grant. Ni “Con la muerte en los talones” (1959) , ni “Historias de Filadelfia” (1940), ni, mucho menos, “Atrapa a un ladrón”(1955).

No lo vean flotar por las fiestas de la Alta Sociedad, con trajes esculpidos en su cuerpo.

No lo vean dando clases de cómo caminar, de cómo sentarse, de cómo emulsionar savoir faire levantando una ceja.

No se hagan eso. No se sientan empequeñecer en el sofá bajo la losa de: “Yo nunca me acercaré a él”.




JUDE LAW.

Con también sombras en su armario (esos gorros de lana, esas camisetas de pico… ¿Por qué, Jude? ¿Por qué?), al actor londinense se le debe perdonar todo porque aún perdura el recuerdo de su Dickie Greenleaf, frívolo playboy acechado por Matt Damon en “El Talento de Mr. Ripley” (1999).
 
WTF??

Digno heredero del Delon de los 60s, nadie ha sabido interpretar el estilo mediterráneo como hizo Law en esta película, demostrando que la altas temperaturas no van reñidas con el buen gusto: Espontáneo y casual, durante el día; refinado y atrevido por la noche, es difícil no aplaudir el estilo de Jude Law, que también salió airoso cuando vistió los trajes de la bandera de la flema británica, Sir Michael Caine, en “Alfie” (2004) y “La Huella” (2007).


domingo, 12 de junio de 2016

I BELIEVE IN NASHVILLE.


El pasado 12 de Mayo, la ABC anunció en su cuenta de Twitter que no habría nueva temporada de “Nashville”.


El tratar de compensar el descenso en las audiencias, con las actuaciones en directo del casting no habrían convencido a la directiva de la cadena que puso punto final al drama musical que llenaba mis tardes de domingo. 

Pese a que los capítulos llegaban al torrent de mi ordenador el jueves, yo prefería esperar al final de la semana para llevar a cabo mi ritual: preparar “comida de sábado” (arroz blanco, papas, salchichas, huevo frito, y plátano), descorchar una botella de vino y sentarme a disfrutar de una serie, a medio camino entre el placer culpable culebronesco y una recreación honrada del mundillo Country en la capital del gran Estado de Tennesse.

Como agradecimiento a tantos buenos ratos, voy a repasar los personajes principales que han poblado Nashville durante estos años.

Que empiece el show…


RAYNA JAMES (CONNIE BRITTON)



Su larga melena pelirroja, su distinguido south style, su cercanía… han hecho inolvidable a la figura del Country, Rayna James que trata de equilibrar sus deberes familiares con darle un nuevo impulso a su carrera.

Pese a que no ha mantenido el protagonismo inicialmente planteado, Rayna siempre ha estado ahí para ejercer de referencia materna de los jóvenes personajes que acudían a ella en busca de consejo sobre el complejo negocio musical o sobre cómo resolver sus conflictos románticos. Así mismo, sus dudas acerca de a quién entregarle su corazón llenó episodios y episodios en los que ella nunca perdió un ápice de su maduro encanto que te obliga a postrarte ante la Country Queen Rayna James, regente espiritual de la ciudad de Nashville y alma de la serie.

HIT SINGLE: Aunque toda persona de bien entiende con quién debe estar Rayna, hay que reconocer que su época con el bravucón Luke Wheeler y el recrear algo tan Country como las parejas de músicos que también actúan juntos, dio lugar a singles tan potentes como este “Ball and Chain”.


JULIETTE BARNES (HAYDEN PANETTIERE)



En principio, “Nashville” iba a girar en torno al duelo generacional entre Rayna James y la ambiciosa Juliette Barnes, como recreación de la actual escena en la que que los artistas de la vieja escuela tienen que enfrentarse a una nueva hornada de teen idols que no dudan en meter codos para llegar a lo más alto de los charts.

Inspirada en Miranda Lambert y Taylor Swift (Taylor, si lees esto, vamos a hacer las paces, nena. Vuelve al Country, esos piojosos yankees nunca te querrán como nosotros), la interpretación de Hayden Panettiere consigue llenar de humanidad a esta neurótica e impulsiva estrella Country que antes debe derrotar a sus demonios internos, para alcanzar el éxito

En los momentos en los que no participó en la serie, debido a que tenía que enfrentarse a la ardua tarea de dar a luz a la hija del Campeón de los Pesos Pesados Vladímir Klichkó, se echaron de menos sus narcóticos ataques de ira en los que volaban los objetos en su camerino cuando no conseguía que funcionasen sus estratagemas para retener consigo a su pareja, el ambiguo Avery Barkley (Jonathan Jackson)

HIT SINGLE: Tras disputas con unos fanáticos religiosos, que desencadenan un despiadado boicot a su carrera (similar a lo que ocurrió con las Dixie Chicks), le recomiendan que agache la cabeza y que aproveche una actuación en el Grand Ole Opry, para pedir disculpas.



DEACON CLAYBOURNE (CHARLES ESTEN)



El Hombre.

Reputado músico del área de Nashville, su pasado profesional (y sentimental) con Rayna James junto a que sea tío materno de una de las jóvenes promesas que buscan su oportunidad en la capital del Country, hacen que, durante gran parte de estas temporadas, muchas de las tramas principales se desarrollasen alrededor de su lucha contra el alcoholismo, sus intentos de rehacer su relación con Rayna o sobre sus ganas de probarse como interprete en solitario.

Para mí, esta serie no sería lo mismo, sin la verdad rota que transmite la mirada de Deacon cuando se sube al escenario con su guitarra o cuando le vuelven a destrozar el corazón. El resto de hombres deberíamos aspirar a  acercarnos a esa sensible virilidad que derrocha Deacon y a alcanzar su depurado estilo arrasando habitaciones cuando vuelve con la botella.

HIT SINGLE: Esta canción (“A Life That´s Good”) sobre encontrar la felicidad en cosas sencillas tales como volver a casa por la noche y reencontrarte con los tuyos; y esa imagen con Deacon feliz con los que el siente como su familia, representa mucho de lo que ha sido esta serie: la música, las relaciones humanas, el vínculo con la ciudad…


SCARLETT  O´CONNOR (CLARE BOWEN)



La dulce e inocente Scarlett representa a los miles que llegan a Nashville buscando triunfar. Su papel (y el de Avery, y el de Gunnar, y el de Will ….) ha permitido mostrar ese otro Country: el de los artistas que aún no llenan estadios y que deben compaginar los turnos de camarero, con los esfuerzos por conseguir que su música se escuche.

Pese a que pueda resultar cargante por su extremada ñoñería, hay que reconocer que su relación intermitente con Gunnar, sus traumas con su madre y su apoyo incondicional al tío Deacon, han hecho de Scarlett un pilar de una serie, que no se entiende sin esa VOZ que embelesa tanto en profundas baladas, como en vigorosas interpretaciones de Americana cuando comparte micrófono con los Exes.

HIT SINGLE: Muy difícil optar por una única canción. Podría ser “Black Roses”, esa carta envenenada a su madre maltratadora; o “My Song” en la que irradia optimismo sobre el escenario.  No obstante, los mejores momentos de Scarlett han sido acompañada de su enamorado Gunnar, y en el blues “If I Didn´t Know Better” consiguen una interpretación en la que las chispas saltan de la pequeña pantalla.


GUNNAR SCOTT (SAM PALLADIO)


El bueno de Gunnar.

Ese colega que a todos nos gustaría tener: noble, simpático, enrollado… paseó su planta espigada, su manga corta arremangá, su interminable tupé y su habilidad compositiva por todo Nashville y por la cama de muchas. No obstante, su musa siempre fue Scarlett, y los fans dábamos palmas cada vez que sus caminos se cruzaban, y la música daba paso a apasionados reencuentros.

HIT SINGLE: Su fuerte fueron los intensos temas folkies como este "Plenty Far To Fall", por supuesto junto a su adorada Scarlett. Quien quiera saber los que significa química entre actores que vea (y escuche) esta canción.


WILL LEXINGTON (CHRIS CARMACK)



Con este personaje, la ABC llegó todo lo lejos que puede llegar este conservador canal y apostó porque un cantante de Country gay formase parte de la troupe de “Nashville”. Si bien es verdad que, en principio, la gracia estaba en los intentos de Will por ocultar su orientación sexual (matrimonio falso incluido), una vez destapado su secreto, ha sido el gran trabajo del actor lo que le ha dado profundidad a la historia del valiente cantante que pasó del cliché de tiarrón del Sur con sombrero de cowboy a entender que triunfar significa aceptarse a sí mismo.

HIT SINGLE: Pese a que su estilo después evolucionaría hacia canciones más íntimas, adoro este rotundo single ("What If I Was Willing") que bien podrían haberlo firmado Jason Aldean o Kenny Chesney.


AVERY BARKLEY (Jonathan JACKSON)



De oscuro e irritante a uno de los personajes más entrañables. Se ganó las simpatías de los espectadores gracias a su santa paciencia en la tormentosa relación con Juliette Barnes, su implicación como padre y lo bien que mezclaba en las secuencias compartidas cuando vivieron juntos él, Gunnar y Will.

HIT SINGLE: Es el más rock n´roll de "Nashville" pero también funciona con canciones Country más standard como esta "Trouble Is" en la que sale al rescate de Juliette.


LUKE WHEELER (WILL CHASE)



Otro personaje que ha tenido una progresión positiva y en esta última temporada, poco queda de la arrogante megaestrella del Country que se disputaba con Deacon los favores de Rayna. Ahora ejerce de padre implicado y demuestra que tiene los bemoles para apoyar a Will y darle un contrato en su discográfica.

HIT SINGLE: Era necesario que en la serie se mostrase también este Country de camiones y cerveza, y hay que reconocer que Luke está avasallador en "Spinning Revolver".

MADDIE CONRAD (LENNON STELLA)



El mayor descubrimiento de la historia reciente de “Nashville”.

Captada tras alcanzar la popularidad en YouTube con sus videos cantando junto a su hermana pequeña. Ambas se incluyeron en el casting original como secundarias, pero el avance de las temporadas, ha dado más relevancia a la mayor de las hijas de Rayna que se ha tornado en rebelde adolescente que quiere seguir los precoces pasos de su madre, a costa incluso, de su propia familia.

HIT SINGLE: Tremenda "Willing Heart" en la última (?) actuación junto a Daphne, demostrando que ya queda lejos aquella niña de gafas de pasta de la Temporada 1.


LAYLA GRANT (AUBREY PEEPLES)


La pobre Layla ha sufrido lo indecible en la serie y cuando se terminó el juego de “Eva al desnudo” con Juliette Barnes, los guionistas hicieron que acumulase frustraciones amorosas con Will, que pasase por una sobredosis o, directamente, mataron a su pareja (!!).

Con todo, su talento artístico con un estilo parecido al de Kacey Musgraves, y sus enormes ojos azules al borde del llanto, han sido una constante en “Nashville” y la cancelación nos ha privado de la oportunidad de verla, por fin, ser feliz.

HIT SINGLE: "Tell Me" iba a ser el tema que la iba a lanzar definitivamente pero la mala suerte y la desgracia, evitaron el ascenso que merece una personalidad tan especial. Anyway, estoy seguro que esas duras experiencias ayudarán a sacar de ella una mejor cantante de Country.



Por último, comentar que la presión de los fans movilizados en redes sociales bajo el lema #BringBackNashville, organizando recogidas de firmas y creando eventos como el #NashRewind para revisionar el primer capítulo, ha hecho que la productura Lionsgate, inicie gestiones para que la serie continúe en otra cadena y, las últimas noticias dan esperanzas de una quinta temporada.

Con todo, si los acuerdos no cristalizan afirmo que “Nashville” vivirá: Clare Bowen, Sam Palladio, Aubrey Peeples, Chris Carmack… ya giran por el mundo cantando las canciones de la serie. Los seguidores (nashies) peregrinan a la ciudad para pisar el Bluebird Café o impregnarse de la mística del Ryman Auditorium, y en mi disco duro ningún archivo sustituirá cuatro temporadas de sueños de gloria y amor por la Country music.

Lo dejó aquí que ya se va haciendo tarde. Es domingo, me toca cocinar y abrir el vino.

Me esperan en Nashville. No me haré rogar.


viernes, 29 de abril de 2016

CHUCK NORRIS 3. LA ÚLTIMA BATALLA DEL HÉROE DEL PUEBLO.



Siempre hace falta una tercera parte.

Un cierre a las tramas abiertas en la saga y un postrero adiós al personaje con el que hemos convivido.

En el caso de Chuck Norris, el epílogo de su carrera discurriría por senderos de menor calado, aunque también gozaría de momentos de gran popularidad.

En su siguiente trabajo, “The Hitman” (1991), todavía bajo el amparo de la Cannon, Chuck Norris interpretaría al policía de Seattle, Cliff Garret, el cual es traicionado por un compañero corrupto y dado por muerto. No obstante, Garret reaparecerá más adelante bajo el nombre de Danny Grogan, un brutal pistolero a las ordenes del jefe criminal Marco Luganni (Al Waxman), que deberá intentar salir vivo de una guerra mafiosa por el control de la ciudad, mientras planea su venganza.



Estrenada directamente a video, la mediocridad inunda  una película de la que no se salva ni siquiera el incoherente personaje de Norris que resulta demasiado sádico para lo que había sido habitual en su filmografía.

Lo mejor: La impagable mullet de Chuck, su relación con el niño al que enseña que huir de los temores es peor que enfrentarse a ellos, y la entrevista que le hizo Nieves Herrero en la promoción española.



Más adelante, llega “Juntos para vencer” (1992), que marca con claridad la intención de Norris de buscar proyectos para todos los públicos, habida cuenta del escaso éxito de sus últimos largometrajes.

Barry Grabewski (Jonathan Brandis), un enfermizo chaval que sufre bullying, se refugia en fantasías en las que comparte aventuras con su ídolo, Chuck Norris.  Su padre (Beau Bridges) y su profesora (Julia Nickson), preocupados por su conducta cada vez más ausente, deciden que aprenda kárate con el anciano Mr. Lee (Mako), el cual entrena a Barry para poder participar en un torneo local.

Curioso ejercicio de metacine que se adelanta a “El último gran héroe” (1993) y que debutó en el segundo puesto del Box Office, el fin de semana de su estreno. Aún así, no pasa de ser la historia de Karate Kid, aliñada con las ensoñaciones del protagonista en las que se recrean escenas de varios films de Norris (“Desaparecido en Combate”, “Duelo Final”  e incluso “The Hitman”) eliminando toda la violencia explícita. Precisamente es ese saturado tono inocentón lo que merma el conjunto final, llegando incluso a privarnos de la clásica pelea entre el nerd  acosado y el abusón del Instituto.

Trágica la historia de Jonathan Brandis que es otra de esas estrellas infantiles que no soportó el dejar de ser un popular rostro televisivo, y terminó colgado del techo de su apartamento. Tenía 27 años.

Lo mejor: El segmento final del torneo en el que Norris vuelve a las competiciones de artes marciales  tras “Fuerza 7” (1979).


Un héroe familiar, pasos en falso y el dorado camino a Texas

En el año 1993, Norris cruza su camino con el que, para el gran público, es su personaje más reconocido: el expeditivo ranger de Texas, Cordell Walker.

Primo lejano de aquel J.J. McQuade de “McQuade Lobo Solitario” (1983), el papel estaba hecho a la medida de Chuck: descendiente de indios nativos, veterano del Vietnam, experto en defensa personal, y de carácter indómito aunque noble, en poco tiempo, conseguiría ser el agente de la ley favorito de la América conservadora, que adoraba sentarse delante de la pequeña pantalla para  ver a  Walker aplicar la ley a este lado del río Colorado.

Walker con Tribette y el resto de la pandilla.

“Walker, Texas Ranger” (1993-2001), aún hoy resulta entretenida si uno se acerca a ella con las ideas claras acerca de sus características: moralista y formularia, pero sincera y sin pretensiones, cada episodio garantiza peleas, persecuciones, tiroteos y mucho, mucho Chuck Norris. 

Anyway, Norris lo seguiría intentando en el cine y en 1994 estrena “El mensajero del infierno”. A un paso de la bancarrota, la Cannon decide contar por una última vez con el que había sido su emblema durante sus años de gloria, aunque el proyecto no podría ser más disparatado.


Jerusalén, Año 1.186. Ricardo Corazón de León, Rey de Inglaterra, derrota en Tierra Santa a un enviado de Satanás (Christopher Neame), que tras siglos encerrado, consigue escapar.

Chicago, en la actualidad. El sargento de policía Frank Shatter (Chuck Norris) investiga el horrible asesinato de un rabino y las pistas le llevan a viajar a Israel, tras el rastro de una amenaza sobrenatural que busca desencadenar el Apocalipsis bíblico.

De Walker, Texas Ranger se repesca a Sheree J. Wilson como la experta en mitología, Leslie Hawkins, y también se repite el formato de la serie, acompañando a Norris, del actor afroamericano Calvin Levels como alivio cómico.

Precisamente este último aspecto, lastra la película y al espectador que tiene que soportar un guión con demasiados chistes malos y poco (o nada) del terror prometido.

Lo mejor: La curiosidad de haber sido rodada en Israel (la Cannon muere donde nació) y que sea algo mejor que su anterior film.


Para su nuevo trabajo, Norris decide llevar más lejos ese tono infantil que había  marcado sus últimos largometrajes, y en lugar de ser acompañado por un niño, se hace acompañar por algo aún más tierno que un crío: un perro(!!).





























En “Top Dog. El perro sargento”(1995), Jake Wilder (Chuck) es un desastrado agente de la ley de San Diego, al que le asignan un nuevo compañero: Reno, un perro-policía (magistralmente interpretado por dos pastores de Brie, Digby y Betty). Juntos investigarán los ataques terroristas de un grupo supremacista blanco, mientras tratan de adaptarse el uno el al otro.

La intención era repetir la fórmula de “Socios y Sabuesos” (1989) o “Superagente K-9” (1989), sustituyendo al cómico protagonista (Hanks y Belushi) por un actor de acción. No obstante, su estreno, sólo nueve días después del atentado al edificio federal en Oklahoma , generó el rechazo de la audiencia e hizo que fuese la última película de Norris estrenada en salas de cine.

Lo mejor: Cada vez que sale el perro.

En 1996, nos encontramos con Walker, Texas Ranger ascendiendo en los rankings de audiencia, pero con los recelos de las productoras a financiar nuevos proyectos cinematográficos a Chuck, debido al poco impacto de sus últimos largometrajes. Es por esto que los hermanos Norris tienen que conformarse con rodar un direct-to-video como “El Guerrero del Bosque” (1996).


Unos niños sentados alrededor del fuego, escuchan la leyenda de Jeremiah McKenna (Chuck Norris), un colono asesinado mientras intentaba salvar a su esposa, que es resucitado por el espíritu de la Naturaleza que lo transforma en una fuerza protectora que defenderá la montaña de quiénes la ataquen.

Cuando una compañía maderera amenaza con talar el bosque, el espíritu regresa y ayuda a los niños a derrotar a los hombres del codicioso Travis Thorne (Terry Kiser).

Exclusivamente dirigida al público infantil, a cualquiera mayor de ocho años le resultará complicado tragar con este guión bonachón hasta la nausea, más adecuado para un Cartoon de sábado por la mañana, con Chuck apareciendo y desapareciendo vestido de David Crockett, o bien transmutándose en oso, águila, o lobo. Casi nada.

Lo mejor: La secuencia en la que Norris detiene una sierra mecánica con su mano, muy célebre en Internet.


Para entonces ya estaba claro que la estrella de Chuck Norris no volvería a brillar en el cine como antaño, y es por eso que decide centrarse en la televisión. En 1998, Norris participa en el telefilm “Cuestión de Honor”.

Logan Fallon (Eddie Cibrain) es testigo del asesinato de su familia por los sicarios de Al Talgorno (R. D. Call), gangster al que su padre, Fiscal del Distrito, investigaba. Tras esto, se traslada con su tío Jake (Chuck Norris), el cual le instruye en las artes marciales, lo que le servirá, junto a su especial habilidad para presentir el peligro, para cobrarse venganza.

Escrita entre Chuck y Aaron Norris, el largometraje gustará a los fans ya que presenta un ritmo ágil y mantiene todos los elementos propios de la filmografía del actor:  la camaradería, el valor, la familia, la vida en contacto con la naturaleza…


Lo mejor: Las clásicas escenas de entrenamiento, los guiños a “Delta Force 2”  (1990) y a “Los valientes visten de negro” (1978), y la química entre Cibrain y Norris.



Los 00: Cabalgando hacia el crepúsculo.


“El Hombre del Presidente” (2000) es el siguiente telefilm en el que participa Chuck, esta vez, dirigido por su propio hijo Eric. Al igual que su tío Aaron, comenzó como especialista y secundario en varias de las películas de su padre, hasta que decide ponerse tras la cámara para filmar las aventuras de Joshua McCord, un profesor universitario que oculta su condición de agente del Servicio Secreto, que se pregunta si ya ha llegado la hora de la retirada. No obstante, antes deberá modelar como sustituto al temperamental Deke Slater (Dylan Neal),  un antiguo sargento de las Fuerzas Especiales caído en desgracia, al que McCord dará una segunda oportunidad.

Muy entretenido largometraje que acierta al sacar a Norris de los films familiares y devolverlo a un universo similar al de la saga Delta Force: misiones de rescate, lucha contra el narcotráfico, y defensa a ultranza del modo de vida americano. De lo mejor de su última época.

Lo mejor: Las secuencias iniciales del rescate de la Primera Dama a lo 007; la buena forma de un Chuck que ya tenía 60 años; la pelea con Soon Tek-Oh (“Desaparecido en Combate 2 “(1985)) el diabólico General Vinh Tran.




La buena acogida de su primera parte hizo que se llevase a cabo una secuela,  en  “El Hombre del Presidente 2” (2002) repite el mismo equipo salvo Dylan Neal que es sustituido por Judson Mills en el rol de Deke Slater.

En esta ocasión el hombre del Presidente deberá enfrentarse al terrorista islámico Fadul Rashid y su plan de detonar un dispositivo nuclear en territorio norteamericano.

Los rescoldos del 11S dan pie a un relato un tanto maniqueo pero que funciona como puro entretenimiento y en el que destaca el recordado Robert Urich como el Presidente Mayfield, en uno de sus últimos papeles. No obstante, Chuck está muy de fondo y los fans echamos en falta un mayor protagonismo, pese a las secuencia final del ataque a la Refinería.

Lo mejor: Se nota que cuenta con más medios económicos y el potenciar la influencia 007.


En 2003, llega "Las Campanas de la Inocencia". En esta ocasión, no colabora con Eric y sí con su hijo mayor, Mike Norris, el cual interpreta a Jux Jonas, un piloto alcohólico, destrozado por la trágica muerte de su hija, que decide participar en una misión humanitaria consistente en llevar Biblias a Coahuila, Méjico. No obstante, tras un aterrizaje de emergencia, llegan a Ceres,Texas; una extraña población, perdida en el tiempo, en la que deberán detener un blasfemo ritual que quiere liberar una fuerza demoníaca, sólo con la ayuda de su fe y de Matthew (Chuck Norris).

En este film, Chuck da rienda suelta a sus inquietudes religiosas y colabora en esta torpe producción cristiana que juguetea con el terror pero que sólo te interesará si eres de Dakota del Sur, y quieres complementar el sermón del domingo.

Lo mejor: Chuck encarnando al justiciero definitivo: un ángel de Dios (!!).




Mejor resultado dio el telefilm "Walker Texas Ranger: La Trampa" (2005). Cuatro años después de que concluyese la serie tras ocho temporadas, Norris vuelve a calarse el sombrero tejano y retoma el rol del ranger Cordell Walker en un proyecto que pretendía resucitar la franquicia.

Con casi todo el reparto original (Trivette sólo aparece en un pequeño cameo), se desarrolla una historia al margen de los acontecimientos de la serie, en la que se percibe la intención de darle un look más actual, siendo palpable la influencia de CSI: Crime Scene Investigation (2000-2015).

En esta ocasión, el ranger Walker  (Chuck Norris) y su equipo deberán por un lado, encontrar a un niño que tiene en su poder un sistema de guía de misiles robado por espías norcoreanos, y, por otra parte, liberar de prisión, a su compañero Rhett Harper (Andre Kristoff), injustamente acusado de asesinato.

El resultado es una refrescante actualización de la saga y un regalo para los fans, que disfrutan de que Chuck, tras varios films como secundario, vuelva a ser la estrella principal.

Lo mejor:  Norris repartiendo leña como antaño, y su dramático final.



De ese mismo año es el direct-to-DVD "El Mediador" (2005)En esta ocasión, Chuck repite con el director William Tannen tras haber trabajado juntos en la insólita “El héroe y el terror” (1988) e interpreta al John Sheperd, duro detective privado, acosado por la culpa de no haber podido salvar la vida de una joven secuestrada, que debe intentar detener a un violento criminal (Daniel Bernhardt) que retiene a un tallador judío, superviviente de Auschwitz, para obligarle a dar forma a dos extraordinarios diamantes.

Bastante cruda, aunque presenta un ritmo moroso que no ayuda a darle interés a este thriller que resultó ser la última película protagonizada por el gran Chuck Norris.

Lo mejor: La venganza del judío de su carcelero nazi.

Y tras esto, la aparición en “Los Mercenarios II” (2012), donde los héroes de los blockbusters de los 80 le rinden justo homenaje; generar en Internet miles de hilarantes “Chuck Norris Facts” y el merecido descanso del guerrero.

Así que, tras este viaje de seis meses, buceando en la filmografía de este hombre… ¿ha merecido la pena? ¿merece respeto la carrera del viejo Chuck más allá de la nostalgia o de la visión irónica?

Pues yo creo que si. He disfrutado de la mayor parte del viaje y siempre me he encontrado con productos honestos, impulsados por la fuerza de un cineasta que no ha querido otra cosa que servir de desconexión de la dura realidad.

También creo que sus películas, en estos tiempos oscuros de fronteras en Europa cada vez más altas, y enemigos sin rostro en una guerra difusa, son el refugio ideal para el que anhela una justicia pura, de blancos y negros, impartida con firmeza por el poderoso Carlos “Chuck” Ray Norris.

Militar condecorado.

Campeón Mundial de karate seis años consecutivos.

Leyenda del Actioner durante cuatro décadas.

Creador de la asociación “Kickstart Kids” que lucha contra la drogadicción juvenil mediante la inclusión del entrenamiento en Artes Marciales en colegios e institutos.


Un hombre que se ha ganado todo mi respeto y que ha conseguido que le repita a todo el que quiera oírme, dónde se encuentra la esencia cruda del cine de Acción old school.



 LA TRIPLE AMENAZA SALUDA A CHUCK NORRIS.
          ¡NOS VEREMOS EN EL FRENTE!