martes, 12 de junio de 2012

MIAMI HEAT-OKC THUNDER. RIGHT HERE, RIGHT NOW.


   En la final NBA se han cumplido los pronósticos que apuntaban a que el lockout favorecía a equipos jóvenes con experiencia.

Los cruces contra ilustres veteranos en final de conferencia han afilado el temperamento de los contendientes por el título, y han servido en bandeja la final soñada por el comisionado David Stern.

En Spurs, el recorte de la rotación saturó de minutos y de responsabilidad a secundarios, acomodados al anonimato de un basket colectivo, que no pudieron  ayudar a un último hurra del Bigh Three tejano.


El banquillo de San Antonio entero palideció frente a un suplente Thunder con planta de All-Star. James “Fear the Beard” Harden, con su bote apresurado y su zurda de oro, es un lujo al que costará mantener en plantilla la próxima temporada, si se quiere hacer hueco a la renovación de un Serge Ibaka, sin techo en su juego.

En el otro lado, los heroicos Celtics han navegado a contracorriente para ir a quemar sus naves en las costas de South Beach. No han podido con la recarga de la batería Heat que ha sido Chris Bosh y sus triples, ni con Lebron James, en un permanente Día de la Bestia.

Para la Final, la NBA ha conseguido saltar el muro del nuevo Jordan contra el que se han estrellado, una y otra vez, para regresar al duelo vintage Bird-Magic que hizo levantar el vuelo de la liga en los 80s.

Falta el tronío de franquicias míticas como Lakers y Celtics, donde hasta los colores combinaban, aunque bien pensado, Miami Heat y OKC Thunder son equipos adolescentes, ideales para fans de nueva era, que nacieron después de que debutase K.G.

Tras el noviazgo sin boda con Carmelo, se espera que, esta noche, se funde una rivalidad que se reparta los anillos en la próxima década y seduzca a una audiencia de pulgar fácil.

A la hora de elegir favorito, en Miami juega a su favor el hecho de que repitan final tras la del 2011. Sin embargo, esto puede pesar en el ánimo de Lebron que sabe que una tercera final perdida, si le añadimos la derrota con los Cavs, sería una mochila demasiado pesada, incluso para sus inmensos hombros.

En el rincón de los Thunder, cuentan con la ventaja de campo y con ser la viva imagen del sueño americano.  De las cenizas de los añorados Sonics, nace una franquicia que, con sus elecciones de draft como principal herramienta, y sin un gran mercado, se han convertido, en sólo cuatro temporadas, en una realidad que no precisa de más pruebas de madurez y que quiere su premio, aquí y ahora.





lunes, 4 de junio de 2012

FINALES DE CONFERENCIA 2012. LUCHA DE GIGANTES.



    Rigen tablas en ambas conferencias. Los playoffs se convierten en una eliminatoria al mejor de 3, en la que cada franquicia presentará sus méritos para alcanzar la final.

Los San Antonio Spurs brindan su basket de salón donde la pelota circula por raíles  hasta llegar al tirador desmarcado. En frente, unos mareados OKC Thunder que tuvieron que esperar a volver a casa para romper la imponente racha de victorias de los tejanos.

En los partidos del Chesapeake Energy Arena, los Thunder mostraron su mejor versión, la del equipo avasallador que ya ha echado a los dos últimos campeones, apenas estirando sus músculos. Suman a la causa, un Sefolosha en trance, convencido de que es Pippen y el nuevo servicio a bordo de Air Congo, que a tapones y rebotes, añade acierto exterior. 

Además, el 5º partido se afronta en San Antonio bajo el estruendo de los últimos minutos de un implacable Kevin Durant que resuena como la trompeta a degüello que atormentaba a los rebeldes del Álamo. 

Para detenerlo, Coach Pop delegará en los de siempre: El Caballero Oscuro Tim Duncan, que ya es como Denzel, se disfruta con su mera presencia. La velocidad, de piernas y mental, de Tony Parker. Y un jinete pálido argentino, flaco, calvo y viejo, con el revolver cargado de triples, deseoso de bajarle la fiebre a los Thunder.

En el Este, al cobijo de la vanidad de unos favoritos Miami Heat, ha crecido la confianza de Boston Celtics que ya han dejado atrás el umbral del dolor y son felices viviendo en la trinchera.

Gran mérito el de los Celtics, que con peor plantilla que el resto de los finalistas, se agarran a que, como el Alférez de Navío Kaffe en “Algunos Hombre Buenos”, el entrenador Spoelstra no pueda manejar la Verdad, a que Rajon Rondo vuelva a estar imperial como en el 3º partido, o a que, lejos del Garden, los secundarios Dooling y Daniels, sigan siendo eficaces en ambos lados de la cancha.

En el otro bando, el avión de los Heat vuela a Miami para el 5º, esperando que el calor de Florida, alivie el desgarro abdominal de Chris Bosh y pueda variar el menú de pívots defensivos, mientras que Lebron mastica las XVI victorias que necesita para coronarse y se lamenta de la terquedad de los irreductibles Celtics, que respiran el espíritu del samurai, capaz de lanzar un ataque certero tras ser decapitado.

Anyway, por encima de la inspiración de las estrellas o de la partida de ajedrez de los banquillos, apasiona el duelo generacional y la duda de si la victoria se dejará deslumbrar por la intensa mirada del tigre del joven aspirante que reclama lo que es suyo, o, por el contrario, preferirá un último baile con el curtido veterano que quiere acortar su camino hacia la leyenda.