viernes, 26 de octubre de 2012

MANOWAR. IN HEAVY METAL WE TRUST.


"Creo en el Metal más que cualquiera que hayas conocido. 
Y estoy preparado para morir por el Metal. 
¿Lo estás tú?"

Joey DeMaio.


     No todas las noches están para echarse un poderoso en el Géminis (o si), o ver “Los Mercenarios”. Pero hay momentos donde se deben dejar de lado gustos sofisticados, liberar los instintos del hombre, levantar el puño y abrazar el TRUE METAL como lo único real en la vida.

Hay momentos para Manowar.

¿Rancios clichés jevis? Todos.

¿Imagen ochentera de vergüenza ajena? Por supuesto, ¿y quién no?

¿Repetición exagerada de una misma formula? Pero..¡Si eso es lo grande!

Los republicanos del Metal, publican “Lord of Steel” (2012) sin moverse un milímetro de su universo mitológico de himnos épicos, guitarras corpulentas y batería machacona.

Manowar firmando con sangre su contrato con Megaforce Records, en 1983.

Desde los básicos “Battle Hymns” (1982) o “Into the Glory Ride” (1983), pasando por obras cumbres como "Fighting the World" (1987), Manowar siempre han empuñado la bandera del Heavy Metal puro con la que continúan explorando su mundo de espada y brujería, donde no hay sitio para experimentos que puedan ofender a los Dioses Nórdicos.


No importaba que popes del movimiento como Judas Priest o Iron Maiden sazonasen con disimulo sus discos con sonidos contemporáneos.

¿Temáticas futuristas? ¿Protagonismo a los sintetizadores? ¿Hard Rock? NO WAY. Los inmortales Eric Adams (voz) y Joey DeMaio (bajo), siempre han tenido claro que no necesitaban de mezclas con otros estilos, a pesar de que en el grupo se dio la paradoja máxima de que su primer guitarrista, Ross “The Boss” Friedman, fuese miembro fundador de The Dictators y de Manowar, en increíble conexión entre los pioneros del punk americano y los Reyes del Metal.

Joey DeMaio, lider de Manowar y azote del falso Metal.

Pero no está hecho el punk para relatar la gloria del Padre Odín.

Guitarras limpias, voces grandiosas, solos a toda velocidad, y ritmos atronadores, son lo ideal para narrar leyendas de héroes, dioses y demonios.  Y han sido suficiente para que los neoyorquinos vean pasar por la puerta de su castillo, los cadáveres del Grunge, del Nu Metal, y de toda la morralla europea que vive de plagiar las obras clásicas del género.

La llave de la victoria ha sido el negarse a dispersar su música, sumergirse en su propuesta, y demostrar que, 30 años después, aún buscan batallas por librar.

Pruebas de su ambición, son ampulosas óperas, llenas de órganos de iglesia, coros masculinos y orquestas sinfónicas, como “Warriors of the World” (2002) o “Gods of War” (2007); la reunión de la familia Manowar en el alemán Earthshaker Festival 2005; o liturgias como la del Kaliakra Rock Festival 2008 (Bulgaria), en la que predicaron la fe en el Metal durante cinco horas (!) ante 20.000 devotos que hubiesen invadido Turquía si se lo hubieran pedido.


Scott Columbus, en el medio con perilla, batería clásico de Manowar, caído en batalla en 2011.

Así que, toca encender las antorchas, y subirle el volumen al Señor del Acero, mientras se levanta el puño una vez más, para honrar a los viejos guerreros que siguen demostrando que…other bands play---MANOWAR KILL.

1 comentario:

  1. Sin duda, una de las grandes bandas del heavy metal, junto a Iron Maiden y Judas Priest o el ínclito Dio. Esta mañana me he despertado con una letra que me rondaba la cabeza y no había podido redondear ayer:
    High and mighty alone we are kings
    Whirlwinds of fire we ride
    Providence brought us the crown and the ring
    Covered with blood and our pride
    Por supuesto, puño en alto y ojos cerrados. Letra de un disco tan bien producido que "tira patrás". Solo he oído algo parecido en producción en el Black clouds & Silver Linnings de Dream Theater.
    Fighting the world sonó tantas veces en mi habitación a finales de los 80 que mamá pensaba a veces que estaba descuartizando a alguien allí dentro.
    Hombre, todo ese rollo de vikingos, tíos en calzoncillos de cuero y tal, pues qué quieres que te diga; eso sí, le da una imagen inconfundible en el escenario.
    A ver qué pasa con este último disco, que aún no he oído, porque se habían ido por derroteros equivocados.
    Hail to Metal!

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