viernes, 21 de diciembre de 2012

PAUL NEWMAN. UN HOMBRE DE BIEN.


Tenías razón, Bert. Aparte de talento hace falta carácter.
Yo lo adquirí en una habitación de motel de Louisville.

Fast Eddie Felson. 


   Oculto en la web de la GQ, se encuentra el blog Nada Importa, guía de tendencias actitud, joie de vivre y hedonismo sin medida, del acerado Jesús Terrés.

En dicho blog, su autor buscó orientarnos en la compleja tarea de ser un hombre de bien, en estos (feos) tiempos de coñería generalizada.  

Para ello, Terrés expone un modelo de conducta en diferentes escenarios (bodas, vacaciones, de copas…), aunque yo creo que es mejor recurrir a un más práctico ¿Qué haría Paul Newman?

Ante las dudas, sólo hay que acudir al recuerdo de esas cálidas sesiones de tarde con “Dos Hombres y un Destino”(1969), “La Leyenda del Indomable” (1967), “Marcado por el Odio” (1954), “El Golpe” (1973), “El Coloso en Llamas” (1974), “El Castañazo” (1977), … en las que reinaba el carisma del siempre honesto Paul Newman.

El más listo de la clase.

Sin las maneras aristócratas de su compadre Redford, pero con una sencilla elegancia de barrio, de media sonrisa y lucky atravesado.

Un héroe atípico con la voz cascada de Rogelio Hernández, al que únicamente al final se atrevieron a colocar de villano.

De vuelta de todo, pero sin dejarse roer por el desengaño.

Bebedor empedernido de cerveza hasta para llevar un abridor colgado del cuello.

Con el gusto de regalar sus coches deportivos a sus amigos cuando vio acercarse el final.

Un tipo al que los años suavizaron su mueca de actor de método, pero al que siempre le pesó el ser demasiado guapo, no tener las mil caras de Bobby De Niro, ni el talento suficiente para desbancar al mito de Brando.   

Da igual. A él se le debe valorar por su labor social. 

Por ejercer de mentor del espectador novel, echando su brazo sobre nuestros hombros y enseñándonos a no dejarnos vencer.

Gracias por todo Señor Newman.

sábado, 1 de diciembre de 2012

PAU GASOL. R-E-S-P-E-C-T.




   En el año 1984, los Rolling Stones andaban por un hotel de Ámsterdam preparando su siguiente álbum, cuando Mick Jagger telefoneó a la habitación de Charlie Watts, reclamando la presencia de “su batería”. Tras oír esto, Watts, que es un pan de Dios, se puso su traje, subió a la suite del frontman y, cuando este le abrió la puerta, lo tumbó de un puñetazo, no sin antes advertirle que jamás se volviese a dirigir a él como “su batería”.

El pasado 23 de Noviembre, en la derrota de Los Angeles Lakers frente a Grizzlies, Mike D'Antoni decide que Pau Gasol vea desde el banquillo todo el último cuarto. Ese feo gesto con Gasol, frente al que fue su público durante varias temporadas, fue justificado con un “lo hice porque quería ganar el partido”.

Una humillación (otra más), a las que está demasiado acostumbrado el número 16, que ha pasado de ser quien devolvió a la franquicia angelina a la senda de los títulos, a convertirse en el pim, pam, pum de Lakers, con el que se atreve hasta un recién llegado bajo sospecha como D'Antoni, que viene de hacer el ridículo con New York Knicks.

Aunque, el nuevo entrenador sólo está siguiendo el ejemplo de sus antecesores: Phil Jackson, que le atizaba a Pau en los tiempos muertos y lo remataba en las ruedas de prensa, y Mike Brown que olvidó que Lakers triunfaron con la pareja interior Gasol-Odom y apostó por el frágil pívot Andy Bynum. Tampoco ayudan los comentarios del hermano Kobe que agradeció a Gasol los dos anillos y las tres finales con un “se arrastra por la cancha”, ni los de “Magic” Johnson que no entiende de tendinitis y al que le falta encadenarse a la puerta del Staples para pedir su traspaso.

Los desprecios ya comenzaron en la época de Memphis, cuando, ya asentado como estrella, se le pasó la factura de las 0 victorias en postemporada, y su demanda de un center que le permitiese jugar en su posición natural de 4, fue respondida con la convivencia obligada con un batallón de ala-pívots (el difunto “Alitas de Pollo” Wright, Stromile Swift, Tony Massenburg, Drew Gooden, Brian Cardinal, Hakim Warrick…).

¿Qué te pasa, Pau? ¿De qué sirve medir 2´16 si el mundo te mire por encima del hombro? ¿Tanto quejarte a los árbitros durante los partidos y después permites que todos te pisoteen? ¿Dónde dejaste lo que pusiste cuando le machacaste a Garnett?


No puedes seguir alimentando el tópico yankee del jugador europeo, técnico pero falto de personalidad, sin el fuego que da salir del guetto o las batallas universitarias. 

Aprende de Marc que se ganó el respeto, demostrando primero sacrificio para bajar 30 kilos de peso y después, siendo rookie en unos Grizzlies perdidos en el egocentrismo de su plantilla y ante los rumores de traspaso del playmaker Mike Conley Jr., declaró que sólo faltaba que se fuese el único jugador que pasaba el balón, señalando a directiva, entrenador y compañeros, pero manifestando compromiso y carácter.

O, sigue el ejemplo de Lamar Odom, que tras el return to sender de Hornets, amenazó al General Manager Kupchak hasta que lo mandó a un equipo con aspiraciones.

Como si tienes que renunciar a lo que te queda de contrato, lo que sea por mantener la dignidad, poder medirte a tu ex-equipo en playoffs, y marcharte por la bocana de vestuarios con el índice en los labios.  

viernes, 16 de noviembre de 2012

NEW YORK KNICKS. LA VIEJA ESCUELA.




        El equipo de los años y de las barrigas; la de Kidd, la de Brewer, la de Sheed, la de Felton; y líderes de la NBA.

¿Un nostálgico el General Manager de los Knicks, que ha fichado para el roster 2012-13, esa cuadrilla de veteranazos con el culo pelao?

Si se hubiese contentado sólo con un Jason Kidd cuarentón, pero todavía en forma, y un solvente Marcus Camby, que se cruzó por el camino con la gran esperanza amarilla del Madison, hubiese tenido un pase.

Pero cuando se animó de nuevo con el pívot Kurt Thomas que ya estaba mayor cuando se fue en 2005, sacó del retiro a Rasheed Wallace, y pescó en Europa esa joven promesa argentina llamada Pablo Prigioni, comenzaron las sonrisas en la Liga, pensando que la errática franquicia de la gran manzana volvía a las andadas.

Sin embargo, aunque la carta de la experiencia siempre es arriesgada cuando los jugadores llegan con demasiados achaques, demasiado dinero o demasiado ego. Parece que no es el caso, viendo como anoche, Wallace le explicó al sensible Splitter que ya no juega en 2ª División, y viendo como Jason Kidd, que lo ha sido TODO en la NBA, derrochó en la victoria frente a los invictos Spurs, algo que hacía tiempo que no se asociaba con la camiseta azul y naranja: Orgullo.


Además, si se analiza la plantilla, se distingue la intención del G.M. Glen Grunwald, de enviar a la guerra a los Ronnie Brewer, J.R. Smith, Shumpert o Chandler, y abrir el camino para la calidad de Carmelo y su banda de viejos rockeros.



No sé si será suficiente para triunfar en playoffs, o sí las lesiones harán que se desmorone el equipo como un castillo de naipes. 

Lo que si sé es que uno se siente viejo cuando se retiran los deportistas que vio debutar. Y que cambio horas de sueño por juventud, para ver esta madrugada a los Knicks frente los lideres del Oeste, Memphis Grizzlies, deseando disfrutar, un poco más, de esos jugadores que consiguen agolpar los recuerdos de tantas noches de basket.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

… JAMÁS TE PERDONARÉ.



     La mediocre “To the Devil…a Daughter” (1976), va sobre un novelista especializado en lo Oculto, un despistadísimo Richard Widmark, enfrentado a una secta satánica por el alma de Natasja Kinski.

Ante un público que ya prefería removerse en la butaca con un terror más adulto, como el que proponían “El Exorcista” (1973) o “La Profecía” (1976), el largometraje fracasó con estrépito, y fue una estaca en el corazón de la mítica Hammer Film Productions, reina durante décadas de su particular cosmos de sangre, sexo y horror.

Con el nuevo milenio, la factoría británica regresa de la tumba y palpa el mercado con títulos humildes que le allanan el camino a su proyecto más ambicioso, la adaptación cinematográfica de la novela gótica “La Mujer de Negro”.

El bestseller de Susan Hill, tras pasar por el teatro y la televisión, llega a la gran pantalla de la mano de James Watkins, un cineasta que siempre eleva la calidad de los films en los que participa.  

Tras la reivindicable “My Little Eye” (2002), “The Descent” (2005), un must en el cine del género de la última década, y la brutalidad sociológica de “Eden Lake” (2008), este joven director y guionista decide contar el viaje del abogado Arthur Kipps (Daniel Radcliffe) a la remota aldea de Crythin Gifford, para tramitar la venta de una antigua mansión. Una vez allí, se topa con unos lugareños hostiles que le presionan para que se marche, mientras percibe la extraña presencia de una mujer de negro entre los muros del caserón.

James Watkins

El éxito, comercial y artístico, de esta historia, en apariencia, convencional, reposa, sobre todo, en la clase tras la cámara de J. Watkins. Responsable de desempolvar los clichés victorianos y de que las sombras de “El Orfanato” (2007) y “La Maldición de Rockford” (2011), se disipen en la angustia a fuego lento que asoma en la mirada de Radcliffe.

Para el año que viene, la Hammer ya prepara secuela, “The Woman in Black: Angel of Death” (2013?), convencida de que el terror aún se oculta en esa casa, envuelta por la bruma de la marisma, en la que habitan los miedos de la infancia.


Lo mejor: Un atormentado Daniel Radcliffe, la cena en casa de los Daily, y el perturbador prólogo.

Lo peor: Las concesiones a los convencionalismos del subgénero de casa encantada, y una posible domesticación del director.


Anyway, para el que escribe, la prueba del algodón de la película es que su recuerdo me sigue produciendo los mismos escalofríos que cuando la vi, y que es un alivio terminar el post justo ahora que está anocheciendo.

Pero, un momento,…Señora, ¿Cómo ha entrado en mi casa?...y…¿Por qué viste de luto?...¿No me oye?...¿Señora?...

viernes, 26 de octubre de 2012

MANOWAR. IN HEAVY METAL WE TRUST.


"Creo en el Metal más que cualquiera que hayas conocido. 
Y estoy preparado para morir por el Metal. 
¿Lo estás tú?"

Joey DeMaio.


     No todas las noches están para echarse un poderoso en el Géminis (o si), o ver “Los Mercenarios”. Pero hay momentos donde se deben dejar de lado gustos sofisticados, liberar los instintos del hombre, levantar el puño y abrazar el TRUE METAL como lo único real en la vida.

Hay momentos para Manowar.

¿Rancios clichés jevis? Todos.

¿Imagen ochentera de vergüenza ajena? Por supuesto, ¿y quién no?

¿Repetición exagerada de una misma formula? Pero..¡Si eso es lo grande!

Los republicanos del Metal, publican “Lord of Steel” (2012) sin moverse un milímetro de su universo mitológico de himnos épicos, guitarras corpulentas y batería machacona.

Manowar firmando con sangre su contrato con Megaforce Records, en 1983.

Desde los básicos “Battle Hymns” (1982) o “Into the Glory Ride” (1983), pasando por obras cumbres como "Fighting the World" (1987), Manowar siempre han empuñado la bandera del Heavy Metal puro con la que continúan explorando su mundo de espada y brujería, donde no hay sitio para experimentos que puedan ofender a los Dioses Nórdicos.


No importaba que popes del movimiento como Judas Priest o Iron Maiden sazonasen con disimulo sus discos con sonidos contemporáneos.

¿Temáticas futuristas? ¿Protagonismo a los sintetizadores? ¿Hard Rock? NO WAY. Los inmortales Eric Adams (voz) y Joey DeMaio (bajo), siempre han tenido claro que no necesitaban de mezclas con otros estilos, a pesar de que en el grupo se dio la paradoja máxima de que su primer guitarrista, Ross “The Boss” Friedman, fuese miembro fundador de The Dictators y de Manowar, en increíble conexión entre los pioneros del punk americano y los Reyes del Metal.

Joey DeMaio, lider de Manowar y azote del falso Metal.

Pero no está hecho el punk para relatar la gloria del Padre Odín.

Guitarras limpias, voces grandiosas, solos a toda velocidad, y ritmos atronadores, son lo ideal para narrar leyendas de héroes, dioses y demonios.  Y han sido suficiente para que los neoyorquinos vean pasar por la puerta de su castillo, los cadáveres del Grunge, del Nu Metal, y de toda la morralla europea que vive de plagiar las obras clásicas del género.

La llave de la victoria ha sido el negarse a dispersar su música, sumergirse en su propuesta, y demostrar que, 30 años después, aún buscan batallas por librar.

Pruebas de su ambición, son ampulosas óperas, llenas de órganos de iglesia, coros masculinos y orquestas sinfónicas, como “Warriors of the World” (2002) o “Gods of War” (2007); la reunión de la familia Manowar en el alemán Earthshaker Festival 2005; o liturgias como la del Kaliakra Rock Festival 2008 (Bulgaria), en la que predicaron la fe en el Metal durante cinco horas (!) ante 20.000 devotos que hubiesen invadido Turquía si se lo hubieran pedido.


Scott Columbus, en el medio con perilla, batería clásico de Manowar, caído en batalla en 2011.

Así que, toca encender las antorchas, y subirle el volumen al Señor del Acero, mientras se levanta el puño una vez más, para honrar a los viejos guerreros que siguen demostrando que…other bands play---MANOWAR KILL.

viernes, 19 de octubre de 2012

TRACY McGRADY. THE LAST BIG THING.



     A veces parece que, en la memoria del deporte sólo perduran las leyendas históricas de palmarés inexpugnable, que no dejan sitio para el recuerdo a los astros de reinado corto.

Antiguas figuras como las que se cruzaron en el no tan lejano All Star 2005, a las que lesiones mal curadas o una mente frágil, obligaron a bajarse demasiado pronto de la noria.

Y es que es increíble que todo un Gilbert Arenas, excelso clutch player aún con 33 años, esté esperando los descartes de pretemporada para ganarse los minutos en alguna franquicia con detector de metales en el vestuario.

O que Allen “The Answer” Iverson, estrella absoluta de la pasada década, ande por China de gira nostálgica, a la caza de algunos yuans. Algo que en breve hará el gran Tracy McGrady.

Este desgarbado alero de estilo plástico y anotación fácil, fue durante varias temporadas, el mayor espectáculo de la ciudad, hasta que lesiones, propias y ajenas, frenaron sus aspiraciones de avanzar en playoffs.   

Después, su basket IQ le dio para ejercer de playmaker por la asequible Costa Este, aunque ya con las zapatillas soldadas al parqué.


T-Mac entrará adormilado en el pabellón de Qingdao Eagles sin anillo y sin billete de vuelta a la NBA, pero dejando madrugadas imborrables en las que los partidos de los Magic eran un highlight constante o noches de furia como cuando asoló a los San Antonio Spurs anotando 13 puntos en 33 segundos.  

Argumentos que puede que no basten para que le inviten al Hall of Fame, pero suficientes para que aquí y en China, aquella frase del maestro Montes arrastre la misma admiración de siempre en la voz del buen aficionado que aún se pregunta..¿Por qué eres tan bueno, McGrady?

martes, 9 de octubre de 2012

007. EL CAPITÁN BRITANIA.


 " James, por Inglaterra."


    Machista, frívolo, trasnochado, hortera, y sin embargo, ahí lo tienen, con un Martini con vodka botellín de Heineken en la mano y su aura intacta, aguardando la nueva aventura del agente menos secreto del MI6.

Cambios geopolíticos, el never again de Connery, el fin de la Guerra Fría, un Roger Moore sexagenario que pisó demasiado la parodia, la quiebra de la Metro-Goldwyn-Mayer, la liberación de la mujer, o las plomizas conspiraciones de Le Carré o Forsyth, no han podido con un James Bond que ha conseguido la proeza de eludir el gunbarrel del olvido durante 50 años.

Y es que algún misterio ocultan las trompetas del “Bond Theme” de John Barry para erizar el vello de cualquier generación, y colaborar a que los oscarizados Sam Mendes y Javier Bardem busquen en “Skyfall” (2012), acercarse al nivel de la ya clásica “Casino Royale” (2006).

Esplendido reboot de la saga tras unos últimos trabajos con Pierce Brosnan demasiado artificiales, que resuelve el eterno dilema entre la épica pseudofantástica de gadgets imposibles y bases secretas en volcanes, y el realismo más terrenal de las obras literarias, optando por humanizar al héroe.

Ejemplo de ello fue la elección de Daniel Craig como protagonista, asumiendo que tras el Bond viril, el Bond fugaz, el Bond gentleman, el Bond shakesperiano y el Bond relamido, era el turno para el Bond desequilibrado.
  
Da igual que no sea el Cary Grant que soñó Fleming, o que incluso encaje mejor como  villano. En el Haber de Craig están la presencia física de un tigre enjaulado y el lograr rellenar de carne y hueso el smoking de 007, algo sólo atisbado en “Al Servicio Secreto de Su Majestad” (1969) o en “Muere Otro Día” (2002).

En esta reimaginación del universo Bond, se demuestra no sólo que Ethan Hunt, Bryan Mills, o Jason Bourne son incapaces de aguantarle medio asalto al padre de todos ellos, sino que también el personaje se dimensiona al bajar al barro del sufrimiento emocional.

Anyway, además de drama, Mendes promete recuperar sensaciones tras la irregular “Quantum of Solace” (2008), así como guiños a los fans de la saga con el regreso de Q (¿Mrs. Moneypenny, tal vez?), gotas de humor, y la coronación definitiva de James Bond como Macho Alfa de los action heroes.

Como aperitivo del estreno mundial del 23º film oficial de la franquicia, se ha lanzado su canción principal, interpretada por Adele (¿quién si no?), que es para escucharla de rodillas.


jueves, 27 de septiembre de 2012

BROOKLYN NETS. BACK IN BLACK.


Espero que ganemos el anillo en tres años”.
Mikhail Prokhorov, acerca de la nueva etapa de los Nets tras abandonar New Jersey.


     Expectativas más que optimistas las del magnate ruso, sobre todo, para unos Nets que en 2010 firmaron el peor arranque de la historia de la NBA y, de siempre, han sido uno de los malditos de la Liga.

En las cuentas de la lechera del propietario está volver a playoffs en su regreso a Long Island, e irle enseñando los dientes a la clase alta del Este, hasta que los Nets se prueben un anillo que muchos piensan, les viene grande.

Para ello, primero deberán ganarse el cariño de un barrio que venera a sus Knicks, y que no se enganchará a un equipo con balance negativo, por muy baratas que vendan las entradas.

Y para ser competitivos se ha buscado atraer a las estrellas a Brooklyn,  balanceando delante de sus ojos contratos de ocho cifras como el que cautivó a uno de los mejores bases de la liga, Deron Williams.  

Tras ser desterrado a la Siberia de la NBA que era Nueva Jersey en 2011, por no haber respetado las canas de Jerry Sloan en los Jazz, se anticipaba que Williams pronto huiría hacia alguna franquicia con aspiraciones.

Sin embargo, Prokhorov expuso argumentos que persuadieron a D-Will de que en los Nets no se estaba tan mal.




Aparte de unos más que generosos 98 millones de dólares por 5 años,  se hizo llegar desde Atlanta, al escolta 6-Time All-Star Joe Johnson, y se avivó la esperanza de poder compartir vestuario con Dwight Howard a cambio de Brook López.

No obstante, Howard se marchó a Los Ángeles junto con el espejismo de ser candidatos desde el minuto 0, dejando el puesto de pívot al hijo listo del jugador de béisbol cubano, Heriberto López.


Sin opciones atractivas en el mercado, en los Nets deciden mirar lo que hay en casa y peritan el que a Brook se le caigan los puntos de los bolsillos y su ternura al luchar por el rebote, en 61 millones por 4 años.

Kris Humphries,
fan de las pelis de gladiadores. 
Cuando ya se piensa que a Prokhorov le han explicado mal lo del nuevo impuesto de lujo, se compensa la tibia defensa de López, reteniendo con el contrato de su vida (24 mill. x 2 años) al bravo power forward Kris Humphries, acostumbrado a sudar en el gimnasio y en la pintura, y no tanto en la alcoba de la divina Kim Kardashian.

Para cerrar el quinteto, y a pesar de que se daba por sentado que Kirilenko sería el 3 titular que convocaría a la abundante colonia rusa de Brooklyn en el Barclays Center, se prefiere a un outsider como Gerald Wallace.

Cabeza de ratón en su etapa en los Bobcats y un tanto baqueteado en el amor propio por la indiferencia de la Liga, con 30 años le llega la oportunidad de que el foco se pose sobre él y probarse en lo más hondo de la postemporada.

Y si las cosas salen mal, se puede consolar con los 40 millones de dólares de su nuevo contrato.

Para el banquillo queda la perla de la cantera, Marshon Brooks, el tiro exterior del ex-Baskonia Mirza Teletovic, la inestabilidad del ala-pívot Andray Blatche, un incombustible Jerry Stackhouse  que nos enterrará a todos, y la cólera del pequeño General, el Coach Avery Johnson.

Snooki y Kim, expectantes ante la nueva temporada de los Nets.

Roster profundo con un mucho de todo que puede llegar lejos si pilla a contrapie a unos Heat de barriga llena, o si se aprovecha de que en el Oeste se van a matar entre ellos.

Y si no lo consiguen, el magnate ruso puede hacer lo mismo que sus jugadores, y consolarse  con el dinero que va a ganar con el faraónico Barclays, donde el basket será uno mas de los espectáculos de los que disfrutar desde exclusivas suites de lujo, nunca antes conocidas en el deporte americano.  O con el lucrativo negocio inmobiliario que gira alrededor del nuevo pabellón, construido a golpe de especulación y desahucio. O con las posibilidades financieras y los contactos que brinda ser dueño de una franquicia NBA.


Anyway, a nivel deportivo, lo que esperan los fans es ese soldout del 1 de Noviembre, en el que los New York Knicks viajan al sur de la ciudad para probar la lealtad de Brooklyn y la solidez del bloque en el que se quiere comenzar a esculpir un trofeo Larry O´Brien para Prokhorov.


martes, 18 de septiembre de 2012

DCODE FESTIVAL 2012. DÍA 2 EN EL REINO DEL INDIE POP.


El Pop os hará libres
 Máxima existencial popera.


      Tras experiencias más enfocadas al Metal (Festimad, Electric…) o más populeras como el Azkena Rock, me adentro con ciertos recelos en un DCode Festival, que en su segunda edición, sigue apostando por llenar su parrilla de bandas, cada una de su padre y de su madre, aunque unidas bajo la etiqueta del pop-rock independiente.

¿Cambiaría mi vida el DCode? ¿Me pasaría al indie? ¿Comenzaría a comprar la Rockdelux? ¿Se repoblarán mis listas de Spotify con voces somnolientas y distorsión lo-fi? ¿Me empalmaré oyendo las discografías completas de Los Planetas y Sonic Youth? ¿Agostos por Castellón como un fiber mas?

No es por ir de integrista, y no digo que me acueste cada noche rezándole a Bon Scott. Me gusta la música pop tanto como a cualquiera, sólo que dudaba de que el directo de las bandas de esta segunda jornada, le diesen personalidad al DCode, más allá de un The Killers+guest stars.


Enorme expectación en el escenario principal antes de la salida de Supersubmarina, la banda jienense que se presentaba con su reciente “Santacruz”(2012) como gran esperanza blanca del indie nacional. Por desgracia, la intensidad de sus obras de estudio no se plasmó en escena,  no sé si por culpa de la mesa de los técnicos o de los músicos. Sonido apagado y romo que apenas levantaba el vuelo con las canciones de su primera época (el temazo “Kevin McAlister”, “Supersubmarina”, ”Cientocero”…), más por el aliento del público que por el empuje del grupo.

The Right Ons y su hipervitaminado punk rock demostraron mayor brío en el Heineken Stage. Anyway, quizás porque aún me duraba el encomodo de Supersubmarina, que no sintonice con ellos y pronto volví al escenario principal, esperando que el pop dulce de The Kooks me cambiase el gesto.

Y me lo cambiaron, porque el que tenga oídos debe disfrutar con las suaves melodías de  Ooh La”(adoro esta canción!), “Junk Of The Heart” o “She Moves In Her Own Way”. Además, durante su actuación se produjo el momento apoteósico del día cuando apareció Mark, de Foster The People (que casi se parte la crisma al saltar al foso) acompañado por el groove hecho canción que es su “Pumped Up Kicks”.

Apoteósico, a la vez que revelador de cómo hasta los propios Kooks se dan cuenta de que les sobraba escenario, y de que su música está para librar otras batallas.    

Flojo balance que no pensé que fuesen a variar cuatro tipos con camisas hawainas, una trompeta, una guitarra y un Mac. Pero, hete aquí que los angelinos  Capital Cities y su crujiente electro-pop fue un golpe de timón en la deriva indolente del DCode Fest.

Todo el mundo a bailar con “Safe and Sound” (t-r-e-m-e-n-d-a !), “Patience Gets Us Nowhere Fast”, o la vacilona “Center Stage”. Dance ingenuo alumbrado por el fucsia intenso del vicio de Miami del que gozamos los pocos que aún no defendíamos posiciones para The Killers.


Hora H y 10 minutos, cuando sale a escena la causa de la presencia del 99´99 % de los 20.000 espectadores (yo incluido), allí reunidos.

Primero los gregarios y, por último, un marcial Brandon Flowers, sin pluma(s), que parecía José Tomás haciendo el paseillo en Nimes.

Tras tres años de ausencia, “Runaways”, resultón single del inminente Battle Born (2012), y la invencible “Somebody Told Me” fueron la apuesta inicial de los de Las Vegas en la jugada típica del que sube fichas cuando ya le ha visto las cartas a un público que aplaudiría hasta el “Cumpleaños Feliz”.

Human”, “Read My Mind”, “Mr. Brightside”, "When We Were Young"…smash hit over smash hit en un ejercicio de pirotecnia musical que sólo sorprendió con la desconocida “Miss Atomic Bomb” y con la versión acústica de la tierna “Forever Young” de Alphaville.

Al final, quedó en el ambiente la sensación de que el "...somos The Killers y venimos a por todas" fue una fanfarronada, y que les faltó grandeza para pisar el acelerador y arrasar, tal vez, guardándose para el American Express Unstaged de hoy Martes, en el Bronx, NY.


Lo que no sabe Mr. Flowers (experto en ese arte del que es maestro Jon Bon de cantar y sonreír al mismo tiempo) es que ese combate que libran con Coldplay por disputarle el cinturón de campeón mainstream a U2, se pierde en campos como Cantarranas.

Porque las chicas monas que hoy se agolpan frente al escenario, no van a durar siempre. Y ellos son un boxeador que depende del gancho de sus grandiosos himnos pop, ideales para el éxtasis colectivo del estadio, pero huérfanos de matices que rompan las barreras generacionales y les haga perdurar en el tiempo.

Por eso, Brandon, no queda otra que sudar sobre las tablas y FASCINAR en cada concierto, para no caer en el error del que cree tocar cima cuando apenas alcanza el campamento base.

Así que aplícate y escucha con atención el otro single conocido de Alphaville, para aprender como sortear el acabar siendo sólo “Big In Japan”.


El DCode Festival para los pijos de Madrid que te hacen querer lanzar a la basura tus Wayfarer. A mi que no me esperen el año que viene.