viernes, 29 de abril de 2016

CHUCK NORRIS 3. LA ÚLTIMA BATALLA DEL HÉROE DEL PUEBLO.



Siempre hace falta una tercera parte.

Un cierre a las tramas abiertas en la saga y un postrero adiós al personaje con el que hemos convivido.

En el caso de Chuck Norris, el epílogo de su carrera discurriría por senderos de menor calado, aunque también gozaría de momentos de gran popularidad.

En su siguiente trabajo, “The Hitman” (1991), todavía bajo el amparo de la Cannon, Chuck Norris interpretaría al policía de Seattle, Cliff Garret, el cual es traicionado por un compañero corrupto y dado por muerto. No obstante, Garret reaparecerá más adelante bajo el nombre de Danny Grogan, un brutal pistolero a las ordenes del jefe criminal Marco Luganni (Al Waxman), que deberá intentar salir vivo de una guerra mafiosa por el control de la ciudad, mientras planea su venganza.



Estrenada directamente a video, la mediocridad inunda  una película de la que no se salva ni siquiera el incoherente personaje de Norris que resulta demasiado sádico para lo que había sido habitual en su filmografía.

Lo mejor: La impagable mullet de Chuck, su relación con el niño al que enseña que huir de los temores es peor que enfrentarse a ellos, y la entrevista que le hizo Nieves Herrero en la promoción española.



Más adelante, llega “Juntos para vencer” (1992), que marca con claridad la intención de Norris de buscar proyectos para todos los públicos, habida cuenta del escaso éxito de sus últimos largometrajes.

Barry Grabewski (Jonathan Brandis), un enfermizo chaval que sufre bullying, se refugia en fantasías en las que comparte aventuras con su ídolo, Chuck Norris.  Su padre (Beau Bridges) y su profesora (Julia Nickson), preocupados por su conducta cada vez más ausente, deciden que aprenda kárate con el anciano Mr. Lee (Mako), el cual entrena a Barry para poder participar en un torneo local.

Curioso ejercicio de metacine que se adelanta a “El último gran héroe” (1993) y que debutó en el segundo puesto del Box Office, el fin de semana de su estreno. Aún así, no pasa de ser la historia de Karate Kid, aliñada con las ensoñaciones del protagonista en las que se recrean escenas de varios films de Norris (“Desaparecido en Combate”, “Duelo Final”  e incluso “The Hitman”) eliminando toda la violencia explícita. Precisamente es ese saturado tono inocentón lo que merma el conjunto final, llegando incluso a privarnos de la clásica pelea entre el nerd  acosado y el abusón del Instituto.

Trágica la historia de Jonathan Brandis que es otra de esas estrellas infantiles que no soportó el dejar de ser un popular rostro televisivo, y terminó colgado del techo de su apartamento. Tenía 27 años.

Lo mejor: El segmento final del torneo en el que Norris vuelve a las competiciones de artes marciales  tras “Fuerza 7” (1979).


Un héroe familiar, pasos en falso y el dorado camino a Texas

En el año 1993, Norris cruza su camino con el que, para el gran público, es su personaje más reconocido: el expeditivo ranger de Texas, Cordell Walker.

Primo lejano de aquel J.J. McQuade de “McQuade Lobo Solitario” (1983), el papel estaba hecho a la medida de Chuck: descendiente de indios nativos, veterano del Vietnam, experto en defensa personal, y de carácter indómito aunque noble, en poco tiempo, conseguiría ser el agente de la ley favorito de la América conservadora, que adoraba sentarse delante de la pequeña pantalla para  ver a  Walker aplicar la ley a este lado del río Colorado.

Walker con Tribette y el resto de la pandilla.

“Walker, Texas Ranger” (1993-2001), aún hoy resulta entretenida si uno se acerca a ella con las ideas claras acerca de sus características: moralista y formularia, pero sincera y sin pretensiones, cada episodio garantiza peleas, persecuciones, tiroteos y mucho, mucho Chuck Norris. 

Anyway, Norris lo seguiría intentando en el cine y en 1994 estrena “El mensajero del infierno”. A un paso de la bancarrota, la Cannon decide contar por una última vez con el que había sido su emblema durante sus años de gloria, aunque el proyecto no podría ser más disparatado.


Jerusalén, Año 1.186. Ricardo Corazón de León, Rey de Inglaterra, derrota en Tierra Santa a un enviado de Satanás (Christopher Neame), que tras siglos encerrado, consigue escapar.

Chicago, en la actualidad. El sargento de policía Frank Shatter (Chuck Norris) investiga el horrible asesinato de un rabino y las pistas le llevan a viajar a Israel, tras el rastro de una amenaza sobrenatural que busca desencadenar el Apocalipsis bíblico.

De Walker, Texas Ranger se repesca a Sheree J. Wilson como la experta en mitología, Leslie Hawkins, y también se repite el formato de la serie, acompañando a Norris, del actor afroamericano Calvin Levels como alivio cómico.

Precisamente este último aspecto, lastra la película y al espectador que tiene que soportar un guión con demasiados chistes malos y poco (o nada) del terror prometido.

Lo mejor: La curiosidad de haber sido rodada en Israel (la Cannon muere donde nació) y que sea algo mejor que su anterior film.


Para su nuevo trabajo, Norris decide llevar más lejos ese tono infantil que había  marcado sus últimos largometrajes, y en lugar de ser acompañado por un niño, se hace acompañar por algo aún más tierno que un crío: un perro(!!).





























En “Top Dog. El perro sargento”(1995), Jake Wilder (Chuck) es un desastrado agente de la ley de San Diego, al que le asignan un nuevo compañero: Reno, un perro-policía (magistralmente interpretado por dos pastores de Brie, Digby y Betty). Juntos investigarán los ataques terroristas de un grupo supremacista blanco, mientras tratan de adaptarse el uno el al otro.

La intención era repetir la fórmula de “Socios y Sabuesos” (1989) o “Superagente K-9” (1989), sustituyendo al cómico protagonista (Hanks y Belushi) por un actor de acción. No obstante, su estreno, sólo nueve días después del atentado al edificio federal en Oklahoma , generó el rechazo de la audiencia e hizo que fuese la última película de Norris estrenada en salas de cine.

Lo mejor: Cada vez que sale el perro.

En 1996, nos encontramos con Walker, Texas Ranger ascendiendo en los rankings de audiencia, pero con los recelos de las productoras a financiar nuevos proyectos cinematográficos a Chuck, debido al poco impacto de sus últimos largometrajes. Es por esto que los hermanos Norris tienen que conformarse con rodar un direct-to-video como “El Guerrero del Bosque” (1996).


Unos niños sentados alrededor del fuego, escuchan la leyenda de Jeremiah McKenna (Chuck Norris), un colono asesinado mientras intentaba salvar a su esposa, que es resucitado por el espíritu de la Naturaleza que lo transforma en una fuerza protectora que defenderá la montaña de quiénes la ataquen.

Cuando una compañía maderera amenaza con talar el bosque, el espíritu regresa y ayuda a los niños a derrotar a los hombres del codicioso Travis Thorne (Terry Kiser).

Exclusivamente dirigida al público infantil, a cualquiera mayor de ocho años le resultará complicado tragar con este guión bonachón hasta la nausea, más adecuado para un Cartoon de sábado por la mañana, con Chuck apareciendo y desapareciendo vestido de David Crockett, o bien transmutándose en oso, águila, o lobo. Casi nada.

Lo mejor: La secuencia en la que Norris detiene una sierra mecánica con su mano, muy célebre en Internet.


Para entonces ya estaba claro que la estrella de Chuck Norris no volvería a brillar en el cine como antaño, y es por eso que decide centrarse en la televisión. En 1998, Norris participa en el telefilm “Cuestión de Honor”.

Logan Fallon (Eddie Cibrain) es testigo del asesinato de su familia por los sicarios de Al Talgorno (R. D. Call), gangster al que su padre, Fiscal del Distrito, investigaba. Tras esto, se traslada con su tío Jake (Chuck Norris), el cual le instruye en las artes marciales, lo que le servirá, junto a su especial habilidad para presentir el peligro, para cobrarse venganza.

Escrita entre Chuck y Aaron Norris, el largometraje gustará a los fans ya que presenta un ritmo ágil y mantiene todos los elementos propios de la filmografía del actor:  la camaradería, el valor, la familia, la vida en contacto con la naturaleza…


Lo mejor: Las clásicas escenas de entrenamiento, los guiños a “Delta Force 2”  (1990) y a “Los valientes visten de negro” (1978), y la química entre Cibrain y Norris.



Los 00: Cabalgando hacia el crepúsculo.


“El Hombre del Presidente” (2000) es el siguiente telefilm en el que participa Chuck, esta vez, dirigido por su propio hijo Eric. Al igual que su tío Aaron, comenzó como especialista y secundario en varias de las películas de su padre, hasta que decide ponerse tras la cámara para filmar las aventuras de Joshua McCord, un profesor universitario que oculta su condición de agente del Servicio Secreto, que se pregunta si ya ha llegado la hora de la retirada. No obstante, antes deberá modelar como sustituto al temperamental Deke Slater (Dylan Neal),  un antiguo sargento de las Fuerzas Especiales caído en desgracia, al que McCord dará una segunda oportunidad.

Muy entretenido largometraje que acierta al sacar a Norris de los films familiares y devolverlo a un universo similar al de la saga Delta Force: misiones de rescate, lucha contra el narcotráfico, y defensa a ultranza del modo de vida americano. De lo mejor de su última época.

Lo mejor: Las secuencias iniciales del rescate de la Primera Dama a lo 007; la buena forma de un Chuck que ya tenía 60 años; la pelea con Soon Tek-Oh (“Desaparecido en Combate 2 “(1985)) el diabólico General Vinh Tran.




La buena acogida de su primera parte hizo que se llevase a cabo una secuela,  en  “El Hombre del Presidente 2” (2002) repite el mismo equipo salvo Dylan Neal que es sustituido por Judson Mills en el rol de Deke Slater.

En esta ocasión el hombre del Presidente deberá enfrentarse al terrorista islámico Fadul Rashid y su plan de detonar un dispositivo nuclear en territorio norteamericano.

Los rescoldos del 11S dan pie a un relato un tanto maniqueo pero que funciona como puro entretenimiento y en el que destaca el recordado Robert Urich como el Presidente Mayfield, en uno de sus últimos papeles. No obstante, Chuck está muy de fondo y los fans echamos en falta un mayor protagonismo, pese a las secuencia final del ataque a la Refinería.

Lo mejor: Se nota que cuenta con más medios económicos y el potenciar la influencia 007.


En 2003, llega "Las Campanas de la Inocencia". En esta ocasión, no colabora con Eric y sí con su hijo mayor, Mike Norris, el cual interpreta a Jux Jonas, un piloto alcohólico, destrozado por la trágica muerte de su hija, que decide participar en una misión humanitaria consistente en llevar Biblias a Coahuila, Méjico. No obstante, tras un aterrizaje de emergencia, llegan a Ceres,Texas; una extraña población, perdida en el tiempo, en la que deberán detener un blasfemo ritual que quiere liberar una fuerza demoníaca, sólo con la ayuda de su fe y de Matthew (Chuck Norris).

En este film, Chuck da rienda suelta a sus inquietudes religiosas y colabora en esta torpe producción cristiana que juguetea con el terror pero que sólo te interesará si eres de Dakota del Sur, y quieres complementar el sermón del domingo.

Lo mejor: Chuck encarnando al justiciero definitivo: un ángel de Dios (!!).




Mejor resultado dio el telefilm "Walker Texas Ranger: La Trampa" (2005). Cuatro años después de que concluyese la serie tras ocho temporadas, Norris vuelve a calarse el sombrero tejano y retoma el rol del ranger Cordell Walker en un proyecto que pretendía resucitar la franquicia.

Con casi todo el reparto original (Trivette sólo aparece en un pequeño cameo), se desarrolla una historia al margen de los acontecimientos de la serie, en la que se percibe la intención de darle un look más actual, siendo palpable la influencia de CSI: Crime Scene Investigation (2000-2015).

En esta ocasión, el ranger Walker  (Chuck Norris) y su equipo deberán por un lado, encontrar a un niño que tiene en su poder un sistema de guía de misiles robado por espías norcoreanos, y, por otra parte, liberar de prisión, a su compañero Rhett Harper (Andre Kristoff), injustamente acusado de asesinato.

El resultado es una refrescante actualización de la saga y un regalo para los fans, que disfrutan de que Chuck, tras varios films como secundario, vuelva a ser la estrella principal.

Lo mejor:  Norris repartiendo leña como antaño, y su dramático final.



De ese mismo año es el direct-to-DVD "El Mediador" (2005)En esta ocasión, Chuck repite con el director William Tannen tras haber trabajado juntos en la insólita “El héroe y el terror” (1988) e interpreta al John Sheperd, duro detective privado, acosado por la culpa de no haber podido salvar la vida de una joven secuestrada, que debe intentar detener a un violento criminal (Daniel Bernhardt) que retiene a un tallador judío, superviviente de Auschwitz, para obligarle a dar forma a dos extraordinarios diamantes.

Bastante cruda, aunque presenta un ritmo moroso que no ayuda a darle interés a este thriller que resultó ser la última película protagonizada por el gran Chuck Norris.

Lo mejor: La venganza del judío de su carcelero nazi.

Y tras esto, la aparición en “Los Mercenarios II” (2012), donde los héroes de los blockbusters de los 80 le rinden justo homenaje; generar en Internet miles de hilarantes “Chuck Norris Facts” y el merecido descanso del guerrero.

Así que, tras este viaje de seis meses, buceando en la filmografía de este hombre… ¿ha merecido la pena? ¿merece respeto la carrera del viejo Chuck más allá de la nostalgia o de la visión irónica?

Pues yo creo que si. He disfrutado de la mayor parte del viaje y siempre me he encontrado con productos honestos, impulsados por la fuerza de un cineasta que no ha querido otra cosa que servir de desconexión de la dura realidad.

También creo que sus películas, en estos tiempos oscuros de fronteras en Europa cada vez más altas, y enemigos sin rostro en una guerra difusa, son el refugio ideal para el que anhela una justicia pura, de blancos y negros, impartida con firmeza por el poderoso Carlos “Chuck” Ray Norris.

Militar condecorado.

Campeón Mundial de karate seis años consecutivos.

Leyenda del Actioner durante cuatro décadas.

Creador de la asociación “Kickstart Kids” que lucha contra la drogadicción juvenil mediante la inclusión del entrenamiento en Artes Marciales en colegios e institutos.


Un hombre que se ha ganado todo mi respeto y que ha conseguido que le repita a todo el que quiera oírme, dónde se encuentra la esencia cruda del cine de Acción old school.



 LA TRIPLE AMENAZA SALUDA A CHUCK NORRIS.
          ¡NOS VEREMOS EN EL FRENTE!

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