lunes, 4 de junio de 2012

FINALES DE CONFERENCIA 2012. LUCHA DE GIGANTES.



    Rigen tablas en ambas conferencias. Los playoffs se convierten en una eliminatoria al mejor de 3, en la que cada franquicia presentará sus méritos para alcanzar la final.

Los San Antonio Spurs brindan su basket de salón donde la pelota circula por raíles  hasta llegar al tirador desmarcado. En frente, unos mareados OKC Thunder que tuvieron que esperar a volver a casa para romper la imponente racha de victorias de los tejanos.

En los partidos del Chesapeake Energy Arena, los Thunder mostraron su mejor versión, la del equipo avasallador que ya ha echado a los dos últimos campeones, apenas estirando sus músculos. Suman a la causa, un Sefolosha en trance, convencido de que es Pippen y el nuevo servicio a bordo de Air Congo, que a tapones y rebotes, añade acierto exterior. 

Además, el 5º partido se afronta en San Antonio bajo el estruendo de los últimos minutos de un implacable Kevin Durant que resuena como la trompeta a degüello que atormentaba a los rebeldes del Álamo. 

Para detenerlo, Coach Pop delegará en los de siempre: El Caballero Oscuro Tim Duncan, que ya es como Denzel, se disfruta con su mera presencia. La velocidad, de piernas y mental, de Tony Parker. Y un jinete pálido argentino, flaco, calvo y viejo, con el revolver cargado de triples, deseoso de bajarle la fiebre a los Thunder.

En el Este, al cobijo de la vanidad de unos favoritos Miami Heat, ha crecido la confianza de Boston Celtics que ya han dejado atrás el umbral del dolor y son felices viviendo en la trinchera.

Gran mérito el de los Celtics, que con peor plantilla que el resto de los finalistas, se agarran a que, como el Alférez de Navío Kaffe en “Algunos Hombre Buenos”, el entrenador Spoelstra no pueda manejar la Verdad, a que Rajon Rondo vuelva a estar imperial como en el 3º partido, o a que, lejos del Garden, los secundarios Dooling y Daniels, sigan siendo eficaces en ambos lados de la cancha.

En el otro bando, el avión de los Heat vuela a Miami para el 5º, esperando que el calor de Florida, alivie el desgarro abdominal de Chris Bosh y pueda variar el menú de pívots defensivos, mientras que Lebron mastica las XVI victorias que necesita para coronarse y se lamenta de la terquedad de los irreductibles Celtics, que respiran el espíritu del samurai, capaz de lanzar un ataque certero tras ser decapitado.

Anyway, por encima de la inspiración de las estrellas o de la partida de ajedrez de los banquillos, apasiona el duelo generacional y la duda de si la victoria se dejará deslumbrar por la intensa mirada del tigre del joven aspirante que reclama lo que es suyo, o, por el contrario, preferirá un último baile con el curtido veterano que quiere acortar su camino hacia la leyenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario