martes, 27 de mayo de 2014

NASHVILLE. I STILL LOVE YOU, COWBOY.

Rayna & Deacon.

Duras negociaciones en la firma de la tercera temporada de Nashville.

La rebaja de los beneficios fiscales que la ciudad otorgaba a la productora por la enorme promoción que se hacía de la capital del Estado de Tennesse, hizo que la ABC se pensase si continuar o no con una serie de audiencia discreta.

No obstante, ha habido suerte y podremos seguir disfrutando de las andanzas de una troupe de Country-singers cada vez más numerosa.

Y es que la segunda temporada ha supuesto el asentamiento de personajes como el noble y rudo Will Lexington que oculta sus preferencias a cambio de poder alcanzar su sueño; Laila Grant, ambiciosa teen idol que juega a “Eva Al Desnudo” con la estrella Juliette Barnes; o el frío dueño de Edgehill Records, Jeff Fordham, rival de la protagonista, Rayna Jaymes, en intentar echarle el lazo a los jóvenes talentos que pueblan las calles de Nashville.

Will Lexington.

Así mismo, esta nueva etapa también destaca por dejar de lado el duelo entre las Country Queens, Rayna y Juliette, para darle cancha al puro culebrón, con mucho cambio de pareja y mucha cama, siendo imposible no sonreírse con tramas que rozan el delirio y con los malabares de los guionistas para que los personajes crucen sus caminos, convirtiendo Nashville en la ciudad más pequeña de los States. 

Puede que ese viraje hacia la soap opera hiciese salir espantado al mítico productor T-Bone Burnett. Aún así, sigue atronando la música y gran parte de los capítulos se desarrollan en una gira imaginaria en la que se muestran muchos de los elementos propios del género: la contraposición entre Luke Wheeler, típico cantante Country de canciones de cerveza y camiones, y los intentos de Rayna por crecer como artista; los tejemanejes con las emisoras de radio y los Grandes Almacenes para conseguir el tan ansiado Número 1; el dilema del compositor sobre si ceder sus temas a otros o cantarlos él; el radicalismo religioso de los fans…etc.

Gira imaginaria que, curiosamente, se ha convertido en realidad. Gran parte del casting salió a la carretera para presentar en directo las canciones que suenan en los capítulos. Esto unido a los cameos de Brad Paisley o Kelly Clarkson, o la actuación de la inocente Scarlett O´Connor en un concierto real de la Zac Brown Band, acrecientan el juego de realidad y ficción que es una de las grandes bazas de Nashville.

Scarlett y Zac Brown.
Eso y un público que no seremos muy numeroso, pero sí somos fieles, han conseguido que la serie viva 22 capítulos más.

Pero para la 3ª temporada todavía tendremos que esperar a Septiembre. Mientras tanto, sólo queda volver a disfrutar de los momentos álgidos de este último período. Como cuando tras ser abucheada, Scarlett vuelve al escenario de la mano de Rayna para demostrar que tiene lo que hace falta para alcanzar el éxito en el mundillo del Country; el affaire de Juliette con el matrimonio Wentworth; la paliza de Lexington a los homófonos en la puerta del bar; y todas y cada una de las veces en las que aparece en pantalla el gran Deacon Claybourne que es EL HOMBRE.

Punto y aparte merece un Deacon que siempre está ahí cuando hay hilos argumentales que no funcionan, para emerger con su guitarra acústica, su mirada honrada y su corazón roto.

Que, si lo piensan, es de lo que va el Country.

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