sábado, 1 de diciembre de 2012

PAU GASOL. R-E-S-P-E-C-T.




   En el año 1984, los Rolling Stones andaban por un hotel de Ámsterdam preparando su siguiente álbum, cuando Mick Jagger telefoneó a la habitación de Charlie Watts, reclamando la presencia de “su batería”. Tras oír esto, Watts, que es un pan de Dios, se puso su traje, subió a la suite del frontman y, cuando este le abrió la puerta, lo tumbó de un puñetazo, no sin antes advertirle que jamás se volviese a dirigir a él como “su batería”.

El pasado 23 de Noviembre, en la derrota de Los Angeles Lakers frente a Grizzlies, Mike D'Antoni decide que Pau Gasol vea desde el banquillo todo el último cuarto. Ese feo gesto con Gasol, frente al que fue su público durante varias temporadas, fue justificado con un “lo hice porque quería ganar el partido”.

Una humillación (otra más), a las que está demasiado acostumbrado el número 16, que ha pasado de ser quien devolvió a la franquicia angelina a la senda de los títulos, a convertirse en el pim, pam, pum de Lakers, con el que se atreve hasta un recién llegado bajo sospecha como D'Antoni, que viene de hacer el ridículo con New York Knicks.

Aunque, el nuevo entrenador sólo está siguiendo el ejemplo de sus antecesores: Phil Jackson, que le atizaba a Pau en los tiempos muertos y lo remataba en las ruedas de prensa, y Mike Brown que olvidó que Lakers triunfaron con la pareja interior Gasol-Odom y apostó por el frágil pívot Andy Bynum. Tampoco ayudan los comentarios del hermano Kobe que agradeció a Gasol los dos anillos y las tres finales con un “se arrastra por la cancha”, ni los de “Magic” Johnson que no entiende de tendinitis y al que le falta encadenarse a la puerta del Staples para pedir su traspaso.

Los desprecios ya comenzaron en la época de Memphis, cuando, ya asentado como estrella, se le pasó la factura de las 0 victorias en postemporada, y su demanda de un center que le permitiese jugar en su posición natural de 4, fue respondida con la convivencia obligada con un batallón de ala-pívots (el difunto “Alitas de Pollo” Wright, Stromile Swift, Tony Massenburg, Drew Gooden, Brian Cardinal, Hakim Warrick…).

¿Qué te pasa, Pau? ¿De qué sirve medir 2´16 si el mundo te mire por encima del hombro? ¿Tanto quejarte a los árbitros durante los partidos y después permites que todos te pisoteen? ¿Dónde dejaste lo que pusiste cuando le machacaste a Garnett?


No puedes seguir alimentando el tópico yankee del jugador europeo, técnico pero falto de personalidad, sin el fuego que da salir del guetto o las batallas universitarias. 

Aprende de Marc que se ganó el respeto, demostrando primero sacrificio para bajar 30 kilos de peso y después, siendo rookie en unos Grizzlies perdidos en el egocentrismo de su plantilla y ante los rumores de traspaso del playmaker Mike Conley Jr., declaró que sólo faltaba que se fuese el único jugador que pasaba el balón, señalando a directiva, entrenador y compañeros, pero manifestando compromiso y carácter.

O, sigue el ejemplo de Lamar Odom, que tras el return to sender de Hornets, amenazó al General Manager Kupchak hasta que lo mandó a un equipo con aspiraciones.

Como si tienes que renunciar a lo que te queda de contrato, lo que sea por mantener la dignidad, poder medirte a tu ex-equipo en playoffs, y marcharte por la bocana de vestuarios con el índice en los labios.  

1 comentario:

  1. ¡Que vuelva al BarÇa, hombre!Que es donde mejor se está cuando llueve, como diría Manolo García, y vaya si les hace falta este año.

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