jueves, 7 de noviembre de 2013

CHRIS ISAAK. Mr. CORAZÓN SOLITARIO.




Que suban al ring las mejores.

¿Imagine? ¿Hotel California? ¿Gimme Shelter? ¿Stairway To Heaven? ¿Free Bird?

No podrán con la canción de mi chico.

Componente de la BSO de Corazón Salvaje (1990) de David Lynch, fue lanzada a la fama por el discjockey Lee Chesnut, obsesionado por noquear al mundo entero con el trémolo inicial de Wicked Game

Porque no ha nacido a quien no le tiemblen las piernas con el poder evocador que Isaak derrama en este tema. Y para asegurar el KO en peleas ajustadas, ahí está ese maravilloso videoclip en blanco y negro, con la diosa de hielo Helena Christensen, retozando en la arena de Hawai.

Que la pongan en mi funeral. En modo repetición.

Pero Chris Isaak no es sólo Wicked Game.

Aparte de ese monstruo, este ex peso ligero de tupé inalterable, cuenta con una estimulante discografía, ungida en la pureza del viejo rock and roll, ideal tanto para melómanos para los que la vida se detuvo cuando el Rey se fue a hacer la mili, como para toda gente de bien.

Sus modestos comienzos en los clubs nocturnos de San Francisco le sirvieron para baquetearse sobre las tablas y para refinar un estilo que iba más allá del revival rockabilly. Anyway, en la portada de su debut, no pudo resistirse a rendirle homenaje a Elvis, la figura que le había enseñado el camino, rebuscando entre los vinilos de una tienda de discos de Tokio, en 1979. 




















Con ese Silvertone (1985), también se inicia su relación con el Cine, al sonar Gone Ridin´ en la enferma Terciopelo Azul (1986).  De esta forma, el vertiginoso single de Isaak pasa a formar parte del plan de Lynch por cubrir de morbo la inocencia fifties del Blue Velvet de Bobby Vinton o el In Dreams, de Orbison.

Esta colaboración culminaría con el éxito internacional de la ya clásica Wicked Game, lo que le permitiría a nuestro héroe compaginar una desahogada carrera musical con otras inquietudes tales como la interpretación, dejándose ver en Twin Peaks: Fire Walk With Me (1991) o en Little Budha (1993), o llevar su propio programa de entrevistas, “The Chris Isaak Hour”.


Grabando en los míticos Sun Studios.

Eso si, su talante renacentista no ha supuesto merma a la calidad de sus LPs. Aparte de su obra maestra, Forever Blue (1995), son muy recomendables el apacible Baja Sessions (1996), donde repasa en clave acústica éxitos propios y ajenos, Mr. Lucky (2009), elegante actualización de su propuesta retro, y su ardiente directo Live At The Fillmore (2010), en el que se da el gustazo de llevar su espectáculo al legendario local de San Francisco, tras la penurias que pasó en sus comienzos, tocando por los antros de la ciudad de la bahía.

En aquellas tres frías noches de Octubre del 2008, Isaak demostró sus artes de showman veterano que consigue que la audiencia disfrute por igual con los hits, como con sus bromas entre canción y canción. Fue íntimo en las baladas y vibrante en los temas más roqueros, y su voz recorrió con agilidad la escala de punta a punta.


La portada y el libreto también fueron dibujados por el propio Chris Isaak

¿Qué más se le puede pedir a este artista que pule cada nuevo trabajo con el mismo esmero con el que moldea su tupé?

Sólo una cosa.

Que él y su banda crucen el Atlántico, se suban a un escenario patrio y una vez más, detengan el tiempo con el trémolo de Wicked Game.

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