viernes, 13 de diciembre de 2013

BON JOVI (1988-1992). TIEMPOS DE EUFORIA.

   El Heavy Metal puede que sea de Europa, pero el Hard Rock siempre ha sido tan americano como la tarta de manzana, el bourbon o el llevar revolver en el coche.

Y en la delantera mítica yankee aparecen los nombres de Aerosmith, Kiss, Van Halen, Guns N´Roses…y, sí señor, Bon Jovi. Porque antes de que se dedicasen a publicar el mismo álbum una y otra vez. Antes de que Jon se transformase en una señorona de mediana edad, que pasó demasiado tiempo bajo el secador de la peluquería. Antes de enfermar de diabetes por la sobredosis de azúcar con la que saturan sus baladas. Antes de dejar de ser una banda de rock n´roll para ser una marca controlada por un Narciso en permanente ego trip… Antes de toda eso, ocuparon lugar de privilegio en el Olimpo hardrockero y editaron un puñado de discos que siguen siendo, después de tantos años, remedio instantáneo para la depresión. 


New Jersey (1988). Nacidos para correr 2.0.




Tras arrasar con Slippery When Wet (1986), a Bon Jovi se le presentaba la compleja tarea de tratar de confirmarse como el gran grupo de rock de los 80s, en unos tiempos de competencia feroz, con Mötley Crüe recibiendo el cuádruple disco de platino por las ventas de Girls, Girls, Girls (1987), y Skid Row elaborando su intenso debut, mientras que, al otro lado del Atlántico, Def Leppard y Whitesnake, buscan hacer las Américas con trabajos diseñados para el FM.

Además, la sombra de los 14 millones de copias de su anterior producción y una banda extenuada tras una gira de año y medio no eran el mejor punto de partida para revivir el éxito anterior. Así mismo, debían resolver con pericia la delicada cuestión de no editar un Slippery …, 2ª parte, ni alejarse en exceso del Light Metal  que los había hecho grandes.

Repiten con la pareja Bruce Fairbarn/Bob Rock tras la mesa de grabación y vuelven a buscar en el compositor Desmond Child, la llave que les abra las puertas del Top Ten. Colaborador habitual de Kiss, fue el mismo Paul Stanley el que le recomendó a Jon que contase con él, tras el lóbrego 7.800º Fahrenheit (1985). El resultado fueron dos Nº 1 consecutivos como “You Give A Love A Bad Name” y la inmortal “Livin´ On A Prayer”. 

En esta ocasión, de la mágica combinación Bon Jovi-Sambora-Child surgirían nuevos clásicos tales como “Bad Medicine” o “I´ll Be There For You”, de espíritu similar a anteriores hits.

Lo mismo ocurre con el tema que abre el disco, la pegajosa “Lay Your Hands Of Me”: La tensión en las intros, los ouuooooo, los estribillos imbatibles, la presencia de los teclados de Bryan…y todos esos clichés de Arena Rock que son desarrollados con maestría por el quinteto, pero que generan un inevitable déjà vu.

Anyway, al profundizar en New Jersey (1988), se percibe un estilo más maduro al equilibrar las armonías AOR con sus raíces springstinianas en una mezcla imparable de melodía y fuerza.

Una instrumentación más rica, y canciones más largas y variadas, generan temazos como “Blood On Blood” en la que el mercurio corre por el mástil de Richie Sambora en la fantasía infantil de las amistades eternas, “Homebound Train” con esos afilados duelos de guitarra, piano y armónica, o el apasionado medio tiempo “Stick To Your Guns” en la que Jon vuelve a encarnar al cowboy de “Wanted Dead Or Alive” .

El álbum se lanza en Otoño de 1988, alcanza lo más alto de las listas y se inicia una mastodóntica gira de 240 conciertos que concluye en un escenario de Guadalajara, Méjico, con el grupo hecho pedazos y serias dudas acerca de un futuro en común.

La canción: No fue el single más escuchado, ni tampoco es muestra clara de esa nueva madurez de la que hablaba. Pero en este disco, mi corazón está con “Born To Be My Baby”.

Love story de clase obrera que desde el … two, three, four inicial se muestra como un potente artificio de pirotecnia que sube, sube y sube hasta explotar en un memorable estribillo que es inevitable cantar con emoción en la voz y sonrisa en los labios.





Blaze Of Glory (1990). Los valientes andan solos.



Banda Sonora del mito de Billy el Niño interpretado por estrellas del cine adolescente como Emilio Estévez, Kiefer Sutherland o Christian Slater. La forman diez temas en los que se conjugan la épica del western con una versión más tradicional del sonido Bon Jovi.

Fue el hijo listo de Martin Sheen el que le pidió a Jon que le cediese “Wanted Dead Or Alive” como tema principal del soundtrack. No obstante, el cantante prefirió componer un LP entero por el que aparecen artistas del calibre de Jeff Beck, Elton John, Little Richard, o el añorado Ratt, Robbin Crosby.

Tras visitar el rodaje e incluso actuar como extra, se trasladó a Los Angeles para examinarse en solitario. Sin las exigencias comerciales de la banda madre, Jon engendró un trabajo que, si bien tenía canciones que podrían haber encajado en producciones de Bon Jovi, tales como el festivo single “Billy Get Your Guns” o “Never Say Die” que parece sacada de las sesiones de New Jersey (1988), el grueso del disco son temas que, en fondo y forma, se distancian del pasado.

La sentida tonada “Blood Money”, la espiritualidad que se respira en “Bang A Drum”, o la cólera country de la canción nominada al Oscar “Blaze Of Glory” son muestras de la intención del artista en adentrarse en el American Classic Rock y crear una obra atemporal.

El resultado final peca de cierta dispersión, y, como de costumbre, fue machacado por la crítica.  Aún así, yo antes me corto una mano que deshacerme de mi cascado CD de Intrépidos Forajidos, que fue como se conoció a la película en España.

Las ventas acompañaron y se comprobó que había vida sin Child y Sambora. El clip de “Blaze Of Glory”, mostrando la soledad de Jovi en lo alto de las montañas de Moab, en Utah, parecía anticipar el fin definitivo de la banda.



La canción: Para mí, es imposible oírla una sola vez. Para saciarme, por lo menos, necesito escuchar dos o tres veces seguidas los violines que resuenan en “Santa Fe”.

Tras visitar el set de rodaje situado en esa localidad de Nuevo Méjico, el cantante tituló así, la brutal power ballad que narra una historia de venganza al sur de la frontera. 

En ella, Jon se viste de Arma Joven para de nuevo hablar con Dios, en lo que es el leit motiv del disco, y le advierte que no le guarde sitio en el Cielo, si el Diablo tiene su camino.

Porque cuando conozca al Hacedor, en su alma insalvable pesarán todos los corazones que rompió y todas las vidas que tomó.

Y maldice a este mundo por transformar al hombre bueno en malo y convertir a un asesino en un héroe.

Y avisa que este pecador sin nombre está cabalgando de regreso a Santa Fe,

porque tiene deudas que pagar en Santa Fe,

porque hoy, es el Día del Juicio en Santa Fe.




Keep The Faith (1992). Life After Death.



Terapia de grupo, la salida del manager Doc McGhee y la ambición sin límites de Jon, permitieron al grupo escapar del fin de las Hair Bands.

Adiós melenas crepadas, adiós maquillaje, adiós spandex y pañuelos de colores, y hola a una imagen más sobria de vaqueros y camisetas negras, y a un sonido más limpio, pero igual de contundente.

Se buscó que Bob Rock repitiese lo conseguido con el Black Album (1991) de Metallica: reinventarse para avanzar, captar a un nuevo público, conservando al grueso de tus fans menos inmovilistas.

Y el resultado no pudo ser mejor. Pese a la frialdad con la que fue recibido en los States, en Europa el disco triunfó. Sus singles sonaron con fuerza en la radio, y hoy son igual de coreados en los directos que viejos clásicos como “Runaway” o “In And Out Love”.

En esta ocasión, a la sempiterna herencia del Boss, se le une una querencia no reconocida al sonido U2 y su reciente Achtung, Baby (1991).

No obstante, la banda suena pletórica en inmensas canciones de rock sin apellidos como la radiante  “I Believe”, el vacile stoniano de “I´ll Sleep When I´m Dead”, la emoción pura comprimida en “In These Arms” (…ese doloroso beeeeeeibiiiiii  final con el redoble de tambores de Tico Torres de fondo…) , o el pseudo metal de  “If I Was Your Mother”.

Y mención aparte merece el viaje a la América desheredada de “Dry County”. Diez minutos de desesperanza, Fenders desbocadas y grandeza, venerados por los fans de todo el mundo que imploran que suene en cada concierto, con el anhelo de desmayarse con el épico segundo solo de Sambora.

Su cara B desciende claramente el nivel, y sólo se salva la vintage “Blame It On The Love Of Rock And Roll”, pero es que si fuese igual de buena que su primera parte, sería una puta obra maestra.

La canción: Carta de presentación del álbum, para un adolescente en el invierno del 92, no había NADA que le diese más marcha que el pum-pum-pum-purum-purumpurum de Alec John Such en la intro de “Keep The Faith”.

Me da igual sí es pariente del “The Fly “de U2 o del “Simpathy For The Devil” de los Rolling. Tiene un groove único que se te mete bajo la piel, y todavía impresionan las imágenes de los Bon Jovi tomando las calles de New York con la prestancia de  una legión romana.


Una pena que la consigna de conservar la fe, no se aplicase también al grupo.


El veneno de la decadencia.


Tras el recopilatorio Cross road (1995), se publica una obra ramplona y ñoña como These Days (1995), ya sin el bajista John Such, que sería la antesala de la debacle posterior.

Discos y discos cada vez más standard, que han perdido toda personalidad y que buscando gustar a todos, no gustan a nadie.

El problema está en la burbuja en la que vive Jon, rodeado de un ejercito de Yes, man, que no le rechistan los disparates que comete.

Porque da pena y sentimiento ver el documental When We Were Beautiful, rodado durante el Lost Highway Tour de 2008, en el que el 80% del metraje lo componen secuencias del cantante hablando de lo dura que es la vida de la estrella del Rock, de comprar un equipo de fútbol americano o que busca ser considerado el Tom Cruise del rock (WTF!). Y lo peor es que el resto de pobres diablos de la banda(?), sólo aparecen para hablar de Jon.

El delirio es tal que se ha atrevido a salir este año de gira sin Richie Sambora.

Espero que las pobres ventas del anodino What About Now (2013) le hagan espabilar, coger la guitarra sin mirar la calculadora, y recordar el hombre que una vez fue.

Mientras tanto, ahí están los discos del pasado cuyo música siempre será celebración de juventud, medicina para el alma, y gasolina para el sábado noche.



6 comentarios:

  1. Si dijese que no me gusta, que no me emociona, que no me hace sentir bien esta entrada, sería el tipo más mentiroso de la Tierra. Tenías razón, me cagué por las patas jejeje.
    Mucha gente ha ninguneado a este grupo creyendo que son los clásicos buscaventas (algo de razón tienen). Otros los encumbran como si fuera el mejor grupo de la historia (tampoco es eso). Los dos tienen razón y al mismo tiempo no la tienen.
    Y es verdad, totalmente de acuerdo, lo que han hecho últimamente puede confirmar lo que dicen los primeros: un pastel repleto de azúcar sobre chocolate que no hay quien se lo coma.
    Eso sí, Deif, el rapapolvo no te lo va a quitar nadie. Cargarte de un plumazo los dos primeros discos y, sobre todo, esa mirada de soslayo al Slippery When Wet... Imperdonable.
    Sin duda alguna, el New Jersey es una obra maestra. Sonó tantas veces en casa que aprendí inglés sin saber una palabra. Pero como atisbas en tu entrada, el Slippery es la semilla. Ni un solo tema sobra (tampoco en el Jersey). Eso sí, seguro que el primero te cogería muy pibe y entiendo que no te colme tanto como el segundo, que tiene una producción de tres pares de cojones. Esa es la diferencia con el anterior. Yo lo pondría al mismo nivel, pero nunca hacerlo desaparecer de tu última fotografía. Imposible.
    Bueno, y tu rollito con Santa Fe debe ser porque te remonta a la película, a alguna esquina morreándote con alguna piba o algo así. Porque mira que es ñoña la jodía. Para mí, el Bon Jovi más desacertado (que no malo). Parafraseándote, anyway, me comprometo a aprenderme el estribillo y marearlo en una noche lagunera.
    Todo el mundo centra la mirada en el buen cantante, pero yo creo sinceramente que esta banda no sería lo que es sin Sambora. Mira que hay que ser un tipo legal para mantenerse en ese segundo plano siendo un pedazo de guitarrista y vocalista. Los coros de Bon Jovi (banda), no serían lo mismo sin la segunda voz de Richie.
    Genial entrada. Ahora no puedo sacarme de la cabeza:
    Only God would know the reasons
    But I bet he must have had a plan

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  2. Jeje...es verdad que los fans viven en su mundo y meterte en alguna web de seguidores es para cortarse las venas.
    Lo de centrarme en estos tres discos, aparte de por gustos personales, es por un tema de espacio, y que no se me extendiese este post hasta el infinito. Además complementan una crítica del These Days en el periódico del instituto de mi época de teenager..jeje. Lo de la foto fueron las cintas que pudimos juntar Marita en pleno ataque de nostalgia, y casualmente, coinciden con el artículo, aunque la del Keep The Faith costó encontrarla!
    Sambora, el mejor coro del rock, ninguneado desde precisamente el These Days, en el que Jon decidió que los coros mejor los hacía también él!!
    Bueno, y prometo a mi(s) seguidor(es) más hard rock 80, para el próximo post.
    Viva Santa Fe y viva el rock n´roll, coño!

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  3. Hola! Me ha gustado bastante la entrada, pero hay algunas cosas que quisiera comentar. Ya advierto que es mi punto de vista, no hay verdades absolutas!
    En primer lugar decir que mi disco favorito de Bon Jovi es Keep the faith. Si le quitas -i want you y le metes Save a prayer o Outlaws of love, dos outtakes, seria un disco absolutamente perfecto.
    Pero lo que quiero defender es el These Days. Los coros de Sambora en este disco es precisamante donde más se escuchan! Decir que el disco es ñoño...bueno hay muchas canciones lentas, pero eso no significa ñoñez. Las letras son espectaculares, el trabajo vocal de Jon también, y Richie lo borda. Si eres de los que cree que un buen disco tiene que tener guitarrazos y virtuosismo por todos lados, evidentemente no te va a gustar. Pero más que el inicio de la decadencia yo veo este album como obra cumbre. No se hace cuanto escuchaste el These Days, pero si hace mucho, te recomiendo que lo vuelvas a escuchar, prestando atención a lo que escuchas. Un saludo!

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    1. Hola, anónimo. Sobre tu comentario, agradecerte el esfuerzo de aportar tu opinión a este humilde blog y sólo puntualizarte un par de cosas sobre lo que has escrito.
      No sé la edad que tendrás, pero yo fui contemporáneo del These Days. Recuerdo esperar a que se publicase, tras el buen sabor que me dejó Keep The Faith y recuerdo dejarme en él tres mil pesetas de la época. Y lo oí muchísimo, no porque me gustase, sino porque no tenía otro remedio ya que mi colección de discos era paupérrima.
      Creo que lo oí lo suficiente para toda una vida, así que dejo a ti el placer de perderte a diario entre esa avalancha de medios tiempos y baladas, fabricadas para los 40 principales, mientras observas con una sola mano, las fotos de Jon con el tocado de rosas.
      Sobre los coros, explicarte, si te interesa, que en muchas canciones del disco, Jon se dobla su pista vocal. Aunque, de todas formas, no sé si tu y yo nos vamos a entender porque alguien que considera These Days, una obra cumbre, algo que no piensa ni la madre de Tico Torres, no vive en mi mismo Sistema Solar.
      Anyway, las opiniones son como los culos, todos tenemos uno. Así que, para finalizar te recomiendo que leas "con atención" la frase anterior e intuyas por dónde puedes encajar el These Days, tus aires de forofo insoportable que defiende a su grupo como si fuera un equipo de fútbol y tu opinión de que los guitarrazos no son imprescindibles en el Rock.
      Un saludo!

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    2. Soy un tío, así que las fotos de Jon me resultan bastante indiferente.
      Beethoven me parece mejor que cualquier grupo de musica del silgo XX, pero eso no hace que me guste más. These Days me parece mejor que Keept the faith, pero no me gusta más.
      Por último decir, que no soy un forofo insoportable que defiende a su grupo como si fuera un equipo de futbol. Solo he defendido el These Days. De ahi en adelante es mierda salvo alguna cancion ocasional. Y tampoco dije que el These Days sea rock. Alguna canción es rock, pero en general no lo es. Y eso no significa que el disco sea malo

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    3. A tí, te parecerá una pasada que una banda de hard rock, saque un disco de pop, sólo pensando en sobrevivir, cuando venían mal dadas para su estilo. A mí, me parece que es faltar a lo que debe defender todo grupo de rock: lo harás mejor o peor, tendrás más o menos calidad, pero haces lo que haces porque te sale de dentro, porque crees en ello. Eso, chaval, es lo que tienen los Rolling Stones, eso es lo que tienen Black Sabbath, eso es lo que tienen AC/DC. Se llama ACTITUD y significa que jamás se traicionarán a sí mismos ni a los fans.
      Y yo creo que no lo entenderías ni aunque Gene Simmons te diese una patada en los huevos con sus botas de plataforma . Pero me da igual, por mi, puedes dedicarte a escuchar a Beethoven, o el These Days, o lo que te de la gana, pero, por favor, no leas más mi blog que es evidente que no está hecho para ti.

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